Muchas lágrimas se derramaron el domingo en el Camp Olímpic. En el césped, en la grada, en el vestuario y en el palco. Lágrimas de distinto signo: de tristeza por el sueño roto tantas veces perseguido; de frustración por haber rozado con los dedos el segundo escalón del complicado trayecto de la promoción; y de rabia por otro desenlace polémico que penalizó a los egarenses con un penalti que resolvió el partido, igual que en la ida de esta eliminatoria. Un torrente de emociones en el que se ahogó la aventura más emocionante de los últimos años, la que parecía que iba a arrancar al Terrassa de esta Tercera División que tanto limita su trayecto de futuro.
La pena fue superlativa por cuanto el Terrassa, en el conjunto de la eliminatoria, pareció mejor equipo que el Ontinyent. Y afrontó el partido de vuelta en una posición de cierta superioridad que se presumía determinante. Con el empate de la ida, cerca de cuatro mil personas en la grada y en fase futbolística creciente, el pase a la segunda ronda del “play off” se intuía factible. Dos penaltis en contra, sin embargo, han acabado siendo decisivos. El de la ida no ofreció dudas: la falta se produjo fuera del área. El de la vuelta tampoco fue claro y dejó la duda en el aire.
Un penalti decisivo
Ese penalti tuvo una incidencia devastadora sobre el fútbol del Terrassa. Si durante el primer tiempo los egarenses fueron mejores que el Ontinyent, a partir del 0 a 1 la situación dio un giro radical. El Terrassa se encogió futbolísticamente, se vio superado por la ansiedad del momento y cayó en las trampas que le tendió su rival, que le sacó del partido con mucho oficio. En esa fase determinante del encuentro a los egarenses les faltaron pulmones y serenidad, aterrados ante la posibilidad de quedarse fuera de la carrera hacia la Segunda División “B”.
Hasta la acción del penalti, el partido estuvo más cerca de la victoria del Terrassa que de la derrota. Vacas mantuvo su apuesta por el mismo once inicial que en las últimas semanas y su equipo dio una respuesta adecuada a las exigencias del encuentro. Estuvo bien organizado en defensa, no perdió la cabeza buscando un gol que le concediese ventaja en el marcador y acudió al mayor talento de sus futbolistas para generar las mejores ocasiones de este período. Los locales produjeron las dos primeras acciones de mérito en dos jugadas muy similares, con penetración de Pol Ballesteros en el costado derecho del ataque y participación final de Joan Grasa. En la primera, en el minuto 7, el delantero terrassista no llegó por muy poco al balón y en la segunda, en el 18, remató por encima del travesaño.
En todo caso, las dos mejores ocasiones del Terrassa fueron posteriores y también casi idénticas, con remates desde posiciones desacostumbradas con destino final al larguero. Joan Grasa fue el primero que probó fortuna en el minuto 34, después de un buen robo de balón y un intento de vaselina magistral que frustró el poste. El segundo intento se produjo en el minuto 38, a cargo de Velillas desde casi el centro del campo y de nuevo el larguero del marco de Raúl impidió el 1 a 0.
Esa dinámica se mantuvo en el comienzo del segundo período. Nada más empezar el mismo, una acción entre Nils, Grasa y Velillas acabó con un remate de este último que la defensa visitante envió a córner. El Ontinyent, obligado a hacer un gol para conseguir la clasificación, dio un paso adelante a partir de entonces. Cristo, su jugador más desequilibrante, fue el protagonista de la primera acción de peligro de los visitantes con un gran disparo que Ortega repelió en una intervención de mucho mérito. Hasta que en el minuto 58 se produjo la acción decisiva del penalti, convertido por Abengoza en el 0 a 1. La jugada la protagonizaron Amantini y Cristo y acabó con el delantero visitante en el suelo.
Bloqueados
Ese tanto tuvo un efecto devastador en el Terrassa, obligado a obtener un tanto que diese paso, al menos, a la prórroga. Pero a los egarenses les aparecieron, de golpe, todos los miedos. El equipo se bloqueó por completo y anduvo cerca de encajar el 0 a 2, sobre todo en otra acción de Abengoza que Ortega resolvió con una extraordinaria intervención. Enfrascados en batallas estériles que les sacaron del partido, los egarenses no supieron resolver el complicado escenario. Vacas dio entrada a Raíllo, a Guti y a Raúl Torres, pero el atasco colectivo resultó generalizado, imposible de resolver.
TERRASSA FC 0
ONTINYENT CF 1
TERRASSA FC. Ortega, Castell, Amantini, Marc de Val, David López, Bermu, Àlex Fernández, Velillas, Pol Ballesteros, Grasa y Nils. Raíllo suplió a Grasa en el minuto 66; Guti per Nils en el 80; Raúl Torres a Bermu en el 83.
ONTINYENT CF. Raúl, Edu, Paco, Juanan, Ángel, Iván, Abengoza, Rober, Doménech, Fuentes y Cristo. Rafeta suplió a Iván en el minuto 72; Chato a Doménech en el 88; Soler a Abengoza en el 90.
Árbitro. Marcos Latorre Grácia, del comité aragonés. Amonestó a Bermu, Amantini, David López, Marc de Val, Paco, Juanan, Doménech. Expulsó al entrenador del Terrassa FC, Agustín Vacas al final del partido. Poco antes también al preparador físico, Edu Caro.
Goles. 0-1, minuto 59, Abengoza de penalti.
Público. Unos 3.500 aficionados en el Camp Olímpic.
EL DATO
9 partidos. Son los que ha estado el Terrassa FC sin conocer la derrota, ocho de Liga y uno de la promoción de ascenso. La racha acabó el domingo.