El Camp Olímpic de Terrassa acogió un acontecimiento deportivo sin precedentes: un encuentro de balonmano-11 entre equipos de los clubs locales del Handbol Terrassa y del Handbol Ègara. La actividad formaba parte de la Fira Modernista celebrada el pasado fin de semana.
El balonmano de once jugadores es una antigua modalidad de este deporte en la que actualmente no se compite. Su orígen se remonta a finales del siglo XIX y comienzos del XX, cuando se practicaba al aire libre, en campos de fútbol de tierra y equipos integrados por once jugadores. En 1926 se estableció el primer reglamento internacional y en 1928 se fundó la Federación Internacional Amateur. Esta modalidad deportiva estuvo presente en el programa de los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936.
Reducción
La popularidad de este deporte en los países del norte de Europa propició su traslado a pistas cubiertas, de dimensiones más reducidas. En 1935 se jugó el primer encuentro amistoso de balonmano de siete jugadores entre Suecia y Dinamarca. En 1938 se jugó el primer Mundial en el que convivieron las dos modalidades. En 1955 la Federación Internacional pidió al Comité Olímpico la inclusión de la modalidad de siete jugadores como deporte olímpico y en 1966 se disputó el último Mundial de once jugadores.
Los jugadores que disputaron el partido en Terrassa salieron al campo con una vestimenta acorde con el marco de la Fira Modernista: polo de color grana y pantalón beige el Handbol Terrassa; y polo verde y pantalón marrón el Handbol Ègara. El ambiente festivo presidió este acto y no se descarta que se repita el próximo año.
Al encuentro asistió el concejal de Deportes, Dani Nart; y el directivo de la Federació Catalana, Àngel Rovira. Los dos clubs locales han querido visualizar en este acto las buenas relaciones existentes para impulsar iniciativas conjuntas.