Las cuentas aún no cuadran. Pero cuadrarán. Es cuestión de tiempo que lo hagan, de apenas una semana. Volverá a ser en Cerdanyola, igual que hace tres años, donde el Terrassa consiga la clasificación para el "play off" de ascenso a Segunda División "B". Es una simple cuestión aritmética que este domingo no celebrase el éxito de forma definitiva, un capricho de las matemáticas que contuvo las alegrías y obligó a sacar el cava de la nevera. Pero el trabajo está hecho. El Terrassa aventaja al Sant Andreu en tres puntos a una sola jornada del final del campeonato. Y en el "goal average" general (en el particular están empatados) los egarenses mantienen una diferencia de ocho goles. La carambola precisa para que el Terrassa perdiese la cuarta posición resulta prácticamente imposible: debe perder en Cerdanyola, el Sant Andreu está obligado a ganar en la Pobla de Mafumet y entre los dos resultados los cuatribarrados deberían superar esa diferencia de ocho goles. Lo nunca visto.
Ese detalle numérico, que parece insignificante, restó épica a la jornada, menos lucida de lo que se merecía el extraordinario éxito de un equipo que le ha dado la vuelta a la Liga con una racha impresionante (19 puntos de 21 posibles y ningún gol encajado) y que ha ilusionado a su afición con un ascenso con el que casi nadie contaba hace poco menos de dos meses. Con las gradas más pobladas que nunca, pasiones recuperadas y una situación propicia para resolver la Liga, el Terrassa salió de la jornada reforzado en todas las facetas. Aunque le faltó un gol para abrir de par en par las puertas del "play off" y la fiesta consiguiente.
Mucha carga emocional
Los egarenses salieron al terreno de juego sabiendo que una victoria acababa con la incertidumbre. El Sant Andreu había perdido antes en su estadio ante el Figueres y un triunfo ante el filial del Nàstic cerraba el campeonato. Esa carga emocional tuvo una incidencia notable en el desarrollo del partido para un Terrassa que se encontraba ante su primer "match ball" de la temporada. A los egarenses les tembló el pulso en determinados momentos, sobre todo en una primera parte en la que los acontecimientos jugaron en su contra. Con David López y Joel recuperados para el once inicial, a los locales no les importó que la Pobla de Mafumet asumiese mayor porción de posesión del esférico. Dejaron que el mismo se moviese en zonas de escasa trascendencia y con su presión provocaron algunas dudas en su oponente, primero en una acción de Velillas que generó incertidumbre y más tarde en un grave error del portero Perales que casi le cuesta un gol a su equipo.
Pero el guardameta visitante dejó ese falló en una anécdota con dos intervenciones posteriores decisivas. Primero sacando una mano extraordinaria para rechazar un gran disparo de Àlex Fernández desde fuera del área y después parando un penalti que Vadillo cometió sobre David López. Perales sacó de sus casillas a Joan Grasa, el lanzador del Terrassa, y el disparo del delantero local acabó rechazado por el portero tarraconense, espléndido en ese ejercicio desestabilizador. La Pobla marcó un gol a dos minutos del descanso que el colegiado anuló por fuera de juego.
Una de las peores noticias para el Terrassa en la primera parte fue la lesión de Joel, que volvió a sufrir una lesión muscular, dejando su plaza a Bermu. Vacas situó a Marc de Val en el centro de la defensa, del mismo modo que hizo la semana anterior en el campo del Figueres, ubicando a Bermu como acompañante de Àlex Fernández en el centro del campo.
En la segunda parte fue subiendo de forma paulatina la intranquilidad del Terrassa, deseoso de facilitar a sus seguidores una fiesta inolvidable. Fue más atrevido el conjunto egarense a la hora de enfrentarse al partido y en el minuto 51 Amantini anduvo cerca del gol en un remate de cabeza a la salida de un córner que se estrelló en el poste.
Presión local
El Terrassa FC protagonizó sus mejores minutos del partido, atrevido en su concepción futbolística y más presente en las inmediaciones del área tarraconense. Nils probó fortuna en una falta y en un lanzamiento a puerta de peligro moderado. Sin la posibilidad de ganar el partido, el Terrassa entendió que era el momento de no perderlo, sabiendo que un empate tenía un valor casi definitivo para su futuro en la Liga.
Hasta que en los instantes finales la Pobla de Mafumet, un equipo intenso, atrevido e inconformista, generó dos situaciones de máximo riesgo en el área del Terrassa. La primera, en el minuto 81, en un remate de cabeza de Gil que salió ligeramente alto en una posición envidiable. Y la segunda, en el 85, en una acción de Riki que Ortega resolvió de forma admirable.
Y entre el temor a perder y la conformidad del empate, el Terrassa celebró de forma tímida el punto, sabiendo que el escenario no puede ser más favorable pero con la prudencia que marca la capacidad de sorpresa que tiene el fútbol. En todo caso, los egarenses ya tienen bola reservada en el sorteo de las eliminatorias de promoción del próximo lunes. Este año no faltarán.
TERRASSA FC 0
CF POBLA DE MAFUMET 0
TERRASSA FC. Ortega, Castell, Amantini, Joel, David López, Marc de Val, Àlex Fernández, Velillas, Pol Ballesteros, Grasa y Nils. Bermu suplió a Joel en el minuto 19; y Raíllo a Grasa en el 64.
CF POBLA DE MAFUMET. Perales, Pol, Roger, Arturo, De Nova. Vadillo, Avi, Rayco, Rodri, Gil y Brugui. Ruxi suplió a Roger en el minuto 62; Adrián a Avi en el 64; y Riki a Rodri en el 81.
Árbitro. Oriol Jarit Mesa. Amonestó a David López, Vadillo, Rodri y Riki.
Público. 2.300 espectadores.