El color de la derrota es insatisfactorio siempre para quien la sufre. Pero en la escala de la frustración que produce tiene mayor secuela aquella que se produce ante un enemigo histórico, ante aquel contra quien los tres puntos trascienden el valor deportivo. En el caso del Terrassa, ese rival es el Sabadell. Pero si, además, quien te gana es su filial y ese filial lleva la etiqueta de colista del campeonato, el desencanto es superlativo. En ese escenario, casi delirante, el Terrassa perdió el domingo mucho más que tres puntos en cualquier lectura que se pueda realizar de lo sucedido. En el ámbito deportivo, esa derrota le priva de acercarse a la zona de “play off” y aumenta la diferencia con la cuarta posición, ahora a cinco puntos pese a que ni Ascó ni Vilafranca ganaron sus respectivos compromisos. Pero la herida, aún siendo importante en las consecuencias futbolísticas, es mayor en el plano emocional. Y trasciende al vestuario dado que golpea, con inusitada fuerza, el corazón de una afición desencantada que vio como un equipo de futbolistas jóvenes de escaso recorrido aún, fue capaz de dar un repaso soberano a quien se presume debe ser uno de los favoritos al ascenso de categoría.
Expulsión de Marc de Val
El Terrassa FC jugó durante 53 minutos con un futbolista menos por la expulsión de Marc de Val. Un hándicap indiscutible pero que no disculpa el mayúsculo trompazo de los locales. Con once futbolistas cada uno, el Sabadell “B” fue mucho mejor que el Terrassa. Y con uno más, los arlequinados llegaron a sacar los colores a su rival en determinadas fases del partido. Lo inexplicable fue la actitud atemorizada con que jugó el Terrassa. Vacas insistió por tercera semana en dejar fuera del once a Àlex Fernández para dar cabida en la alineación a Bermu, un lujo inconcebible. Y por segunda semana consecutiva apartó a la banda derecha a Grasa, su mejor alternativa como “nueve” en toda la temporada, con el fin dar esa responsabilidad a un recién llegado como Pol Ballesteros. Pero lo más inaudito fue el libro de ruta que trazó el conjunto egarense, basado en conceder responsabilidad, espacio y tiempo de posesión al Sabadell “B” para arremolinarse en su campo y esperar alguna contra que echarse a la boca.
En ese escenario, el Terrassa apenas inquieto a Embela. Un disparo de Raúl Torres a las manos del portero arlequinado y un mal remate de Velillas tras una notable incorporación de Xapi Arnau fue lo único destacable en el primer cuarto de hora, un período de juego dinámico que se evaporó de forma inmediata. El Sabadell “B” empezó a encontrar espacios en la defensa local y primero Max, con un disparo envenenado a la escuadra que sacó Ortega, y después Montero, con un remate que salió rozando el poste, mostraron las credenciales de un colista cuya puesta en escena era mucho mejor que la de los egarenses. Después llegó la expulsión de Marc de Val y el Terrassa pareció entender que el partido no estaba ya para florituras, acentuando su imagen de equipo menor agolpado en su área a la espera de algún giro favorable del destino. Cerró espacios como pudo, entregó de forma definitiva la iniciativa al Sabadell “B” y descerrajó cada balón que cayó en sus pies, invitando a sus delanteros a carreras imposibles, huyendo del fútbol que se le supone a un colectivo de futbolistas de tanto nivel.
A defender
El filial arlequinado pudo haberse adelantado en el minuto 60, en una magnífica acción individual de Max que no acabó en gol por la gran intervención de Ortega. El Terrassa, que apostó por no perder el partido sin dar un paso adelante para ganarlo, quedó a expensas de un golpe de fortuna. Àlex Fernández, que entró en el terreno de juego en el minuto 62, probó fortuna con un disparo desde el círculo central que casi sorprendió a Embela. Y Nils, que ha quedado como recurso de última hora cuando estaba llamado a ser un futbolista fundamental, pescó un balón procedente de las alturas para inquietar a su rival en una acción que no supo finalizar.
Cuando el partido se encaminaba hacia el empate, el Terrassa volvió a sufrir un golpe tremendo. Max estuvo a punto de marcar, pero su remate fue al travesaño y el rechace lo cazó Sarmiento para cabecear el balón al fondo del marco. La impactante imagen de los jóvenes futbolistas del Sabadell celebrando ese gol con la carga emocional que requieren estos partidos, contrastó con la de un Terrassa que nunca supo jugar el derbi con la exigencia que demandaba. Le pasó en la primera vuelta y le volvió a suceder en la segunda. Y el desenlace pudo haber sido aún peor, porque en el último momento Ortega y Borges impidieron el segundo tanto visitante en una acción de Diego.
TERRASSA FC 0
CE SABADELL “B” 1
TERRASSA FC. Ortega, Xapi Arnau, Borges, Joel, David López, Marc de Val, Bermu, Raúl Torres, Grasa, Pol Ballesteros y Velillas. Àlex Fernández suplió a Grasa en el minuto 62; Nils a Velillas en el 75; y Eder a Raúl Torres en el 84.
CE SABADELL “B”. Embela, Diego, Gonzalo, Mendoza, Guille Pujol, Víctor, Aliaga, Lledó, Jose, Montero y Max. Sarmiento suplió a Aliaga en el minuto 66; Ñito a Jose en el 73; y Juanma a Montero en el 81.
n Árbitro. Sergi Carrero Romera. Amonestó a Xapi Arnau, David López, Raúl Torres, Velillas, Guille Pujol, Víctor y Lledó. Expulsó a Marc de Val en el minuto 37 por doble amonestación.
Gol. 0-1, minuto 86, Sarmiento.
Público. 1.051 espectadores.