Cristian García, capitán del primer equipo del Terrassa FC, ha iniciado ya el largo trayecto de recuperación que tiene por delante después de haber sido intervenido quirúrgicamente de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha que se produjo en el partido disputado en el campo del Castelldefels. Por delante tiene un período que oscilará entre los seis y los ocho meses que le debe conducir, de nuevo, a los terrenos de juego. "La vida te plantea estos retos. Y debes sobreponerte a ellos, aunque no resulten sencillos", señala el jugador terrassense, referencia dentro y fuera del terreno de juego. Un duro camino que no le resulta desconocido, dado que hace unos años, en el Córdoba, ya sufrió la misma lesión. "El estado anímico sufre muchos altibajos. Pero conozco lo que me espera y volveré más fuerte."
Cristian quiere quemar etapas sin presionarse en exceso. Sabe que hay que ser paciente, cumplir las etapas del proceso de recuperación y trabajar sin descanso. Ahora su preocupación se basa en bajar la inflamación de su rodilla. Después ya llegarán otros retos, como recuperar la musculación, dejar las muletas, andar y después correr. "El médico me ha dicho que la operación ha ido muy bien. Y que la rodilla está en buen estado." En definitiva, buenas expectativas pese a tratarse de una lesión ya sufrida en el pasado y a su edad, 36 años. "Mi intención es seguir jugando", dice ahora sin dudas cuando se le pregunta por el futuro. Cuando se lesionó, la inseguridad le asaltó. Y puso en entredicho su regreso a los terrenos de juego. Eran momentos en los que confesó haber llorado mucho. "Me hace ilusión seguir jugando en el Terrassa, conseguir el ascenso, disfrutar de esta etapa. Vivir con ansiedad ya es cosa del pasado. Ahora es muy importante ser fuerte en el aspecto psicológico."
Pese a estar fuera de la dinámica de trabajo, sabe que juega un papel fundamental en el equipo. Por ello, el domingo hizo llegar a sus compañeros un video que la plantilla vio antes de saltar al terreno de juego del campo del Palamós. Un mensaje emotivo repleto de intencionalidad. "Estaba solo en el hospital. Y pensé que sería bueno hacer llegar el video a los compañeros, para que sepan que estoy con ellos, que somos un colectivo. En estos momentos hay que arrimar el hombro entre todos, cada uno en su papel."
Ayuda desde fuera
Ahora interpreta un papel distinto. De apoyo al vestuario de quien es el capitán y director deportivo. "Ví el partido del domingo por televisión y sufrí mucho. Creo que hicimos 75 minutos excelentes pero no fuimos capaces de sentenciar. Con los fichajes de invierno hemos dado un paso adelante. El problema es que nos faltan cuatro o cinco puntos de la primera vuelta que son los que echamos en falta, los que nos hacen ir a cualquier partido con la necesidad de no fallar. Y eso desgasta."
Pese a todo, su mensaje es de máximo optimismo. Y está seguro de optar a la promoción de ascenso hasta el último momento. "Ahora somos un equipo fiable. Sólo nos falta aprovechar las oportunidades de gol. Pienso que tenemos opciones de estar entre los cuatro primeros clasificados."
Con tiempo ahora para planificar el futuro desde su cargo como director deportivo, admite que se han puesto las bases para construir un equipo interesante en el futuro. "Cambiar 18 futbolistas cada año es complicado. Lo mejor es seguir una línea de continuidad con una estructura que se mantenga en el tiempo. El Vilafranca es un buen ejemplo de ello." En todo caso, sabe que la evolución de algunos jóvenes les ha situado en el escaparate. Joel, a quien siguen varios equipos, es un buen ejemplo de ello. "Hay futbolistas jóvenes que están haciendo un gran año y a los que va a ser difícil retener", admite. En clave de presente no oculta que sueña con subir. Este mismo año.