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El dulce paso del llanto a la risa

La puerta se entreabrió y asomó el rostro de Lucía, una niña de 2 años de edad ingresada en la planta de pediatría de Mútua Terrassa. Flanqueada por sus padres, que intentaban sin éxito aliviarle el lloro, cuando menos calmarla, la pequeña se quedó estupefacta contemplando como el futbolista del Terrassa David López le sonreía y se dirigía hacia ella para entregarle un paquete, un regalo anticipado de Reyes. Era un cuento de "Hello Kitty". Detrás del defensor terrassista se amontonaba un grupo de enfermeras, fotógrafos e incluso algún cámara de televisión.

No era Messi ni Piqué quien la visitaba, pero el rostro de la pequeña Lucía mutó. Hacia la alegría. Y fue entonces, en ese instante, en ese preciso y mágico instante imposible de definir, cuando pasó: la niña sonrió al futbolista. Ese dulce paso del llanto a la risa es lo que da sentido a la tradicional visita de los futbolistas a los niños ingresados en estas fiestas. Y esa risa, esa sonrisa, esa alegría, justifica por sí sola la celebración de un acto que el Terrassa FC viene realizando de forma ininterrumpida cada año.

Presidente y entrenador
Capitaneados por el director técnico de la entidad, Cristian García, el entrenador Agustín Vacas y el presidente Jordi Cuesta, nueve futbolistas de la primera plantilla del Terrassa cumplieron ayer con el ritual de visitar a los pequeños ingresados en los dos centros hospitalarios de la ciudad. Acudieron a Mútua primero y al Hospital después.

En ambos centros, estos improvisados Reyes Magos "avant la lettre" repartieron ilusión y regalos a los más pequeños, desde peluches a libros y, como no, balones de fútbol. El primero en recibir su regalo fue Mel, un niño de 23 días. Le siguió Arlet, una niña de 3 años a la que Cristian regaló un peluche. En la siguiente habitación, David López arrancó esa mágica sonrisa a la pequeña Lucía. Los últimos en recibir sus regalos en Mútua fueron Pep, de 2 meses, y Aitana, de 2 años. Otros se les añadieron en el Hospital de Terrassa, donde se repitieron las mismas caras, a medio camino entre la curiosidad, la sorpresa y la alegría de descubrir unos Reyes disfrazados de futbolistas.

Agustín Vacas, el entrenador del equipo, no había olvidado todavía sus visitas a los niños en estas fechas. "Cuando jugaba en el Terrassa me hacía una ilusión enorme participar en esto y lo hice durante los cinco años que estuve aquí. Como entrenador me sigo emocionando", explicó el técnico al finalizar la visita a Mútua, donde futbolistas, entrenador y presidente se fotografiaron, como marca la tradición con las enfermeras de la planta en la zona "galáctica".

El recuerdo de Cristian
Otro de los que había vivido ya esta gratificante experiencia en su primera etapa en el club, Cristian García, expresó su satisfacción por poder participar en la visita. "Eso no se olvida nunca. Es muy bonito intentar sacarles una sonrisa a estos niños. Y más en esta época navideña en la que estamos. Pasar la Navidad aquí no es plato de buen gusto, pero poder hacer sonreir por un momento a un niño o a unos padres no tiene precio", señaló el futbolista, que añadió: "Es muy bonito mantener estas tradiciones y seguir viniendo aquí año tras año. Desde el club, intentamos mantener vivo todo eso".

Los Reyes Magos de Oriente llegarán mañana por la noche. Y aunque ninguno de estos niños pueda salir a las calles a recibirlos ni a pedirles regalos, gracias a iniciativas como la del Terrassa FC, todos ellos tuvieron ayer su dosis particular de magia. De magia y de regalos.

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