Bernat Serrán, ex atleta y ex presidende del CA Ègara y de la UA Terrassa, ha elaborado una historia de la marcha atlética en Terrassa que en un futuro próximo enriquecerá la bibliografía del atletismo local. Serrán es el autor del libro "L’Atletisme a Terrassa (1914-2005)", un excelente trabajo histórico que ahora tiene continuidad con esta ampliación centrada en la especialidad de la marcha, en la que Terrassa ha jugado un papel protagonista a lo largo de la historia. Serrán aún no tiene fecha para la publicación de este volúmen, para el que gestiona la financiación necesaria. Su objetivo es que vea la luz el próximo mes de abril si dispone de los recursos precisos.
"Decidí escribir el libro después del primero sobre la historia del atletismo en la ciudad", explica el autor. "Vi que el espacio dedicado a la prueba de marcha Terrassa – La Mata había quedado muy reducido y no aparecían todos los resultados. Pensé en escribir sobre la prueba, porque tuvo un interés muy destacado en su momento y un gran prestigio europeo. Después me pregunté cómo completarlo y pensé que lo mejor era ir a los orígenes."
El trabajo recoge en sus distintos capítulos desde el inicio de la marcha atlética en Terrassa hasta el momento actual, pasando por los nombres propios que ha dado esta modalidad en Terrassa o las principales competiciones que se han realizado en la ciudad. Capítulo especial tiene la Terrassa – La Mata, una prueba que se desarrolló en dos etapas: de 1965 hasta 1976 y de 1985 a 1990. Además de los participantes en esta cita deportiva, se recogen las crónicas de la prueba y los resultados completos de todas las ediciones.
Terrassa – La Mata
"Era una prueba de categoría internacional, muy reconocida y en la que tomaron parte los mejores marchadores del mundo", recuerda Bernat Serrán. "El italiano Abdon Pamich ganó cuatro ediciones y vino cuando era campeón olímpico. Por la Terrassa – La Mata pasaron los mejores marchadores: Víctor Campos, Josep Marín, Jordi Llopart, Miguel Ángel Prieto y en féminas Reyes Sobrino, Mari Cruz Díaz o Emilia Cano."
El trabajo profundiza también en los orígenes de la marcha en Terrassa. Esta modalidad fue introducida en Catalunya por los hermanos René y Albert Charlot. A partir de 1917 empezaron a participar en pruebas de marcha pero en Terrassa no hay referencias sobre ellos hasta 1922, en que tomaron parte en la Travessa de Sant Llorenç de Munt. Los precursores de la marcha en Terrassa fueron los hermanos Àngel y Artur Villach, del Grup Excursionista La Mola. En 1930, Àngel Villach participó en una prueba de 3.000 metros organizada por el GE La Mola. Después aparecieron otros marchadores que impulsaron la especialidad en la ciudad.
Terrassa se convirtió en el centro más importante de la marcha atlética en Catalunya y en España entre 1960 y 1973. "Un periodista bautizó a Terrassa como la meca de la marcha en España por la gran cantidad de marchadores de primer nivel que teníamos", señala Serrán. Aparecieron marchadores de la talla de Josep Ribas, el único atleta terrassense de la historia que ha participado en unos Juegos Olímpicos (Roma’1964), Delfí Riera, Josep Planas (tres veces subcampeón de España y nombre propio destacado como formador), Francesc Sanahuja (cuatro veces campeón de España), Martí Casasayas (una vez campeón de España y otra subcampeón), Joaquim Puig Rodó, Lluís Arnau (una vez campeón nacional y subcampeón en otra oportunidad) y Víctor Campos, el principal nombre propio de la marcha terrassense. Campos fue cinco veces campeón de España de 20 kilómetros, medalla de plata en unos Juegos del Mediterráneo, ganador del Giro Roma (la prueba más importante del calendario internacional) y segundo en el apartado individual del Campeonato del Mundo por equipos de 1972.
Los mejores especialistas
"Víctor Campos es el gran nombre de la marcha en Terrassa", explica Bernat Serrán. "Fue campeón de España en muchas oportunidades y no acudió a los Juegos de Munich porque, al parecer, tomó parte en una competición con anterioridad en la que le hicieron poner una camiseta con las cuatro barras catalanas. Eso no sentó bien en Madrid y se quedó esperando el telegrama para ir a los Juegos. Después desarrolló junto a su esposa, Carmen Gómez, una gran labor como entrenador." El trabajo también analiza el período desde 1973 hasta la actualidad en el que se han producido altibajos pese a la aparición de marchadores de primer nivel.
"Abdon Pamich, el gran campeón italiano, dijo en 1987 cuando vino invitado a la Terrassa – La Mata que en ningún lugar había visto tanta afición a la marcha como en Terrassa", destaca Serrán como una muestra de la incidencia histórica de esta especialidad.