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España tropezó ante el campeón

Buenas sensaciones, pero mal debut para la selección española masculina sub-21 que prepara el egarense Roger Pallarols en el Mundial que comenzó ayer en la ciudad india de Lucknow. El combinado español cayó por la mínima (1-2) ante la vigente campeona mundial, Alemania, en un duelo equilibrado que se decidió gracias a un soberbio penalti que Timm Herzbruch alojó en la escuadra derecha de la portería defendida por el egarense Albert Pérez cuando faltaban siete minutos para acabar y el reparto de puntos se daba ya por bueno.

En el otro partido de este grupo "C", el que abrió la competición, Nueva Zelanda se impuso por 1 a 0 a Japón gracias a un penalti transformado por Oliver Logan en el minuto 55. Alemanes y neozelandeses lideran la tabla con tres puntos.

España no tuvo excesiva fortuna en su estreno. En la primera acción peligrosa del encuentro, Lucas García Alcalde no alcanzó a rematar una bola cruzada en el área. Poco a poco, Alemania fue sacudiéndose de encima su frialdad inicial para pasar a tomar las riendas del partido. Fue ganando metros sobre la defensa española. Así llegó un penalti-córner a su favor, que Albert Pérez, uno de los mejores de la contienda, se encargó de despejar en una acción espectacular.

La zaga española siguió mostrando buenas prestaciones, pero en otra acción de penalti, una mala ejecución de los germanos se acabaría convirtiendo en el 0-1, obra de Anton Boeckel a falta de diez minutos para llegar al descanso.

En la reanudación, los de Pallarols salieron fuertes, decididos a empatar cuanto antes. Los germanos supieron gestionar perfectamente la necesidad de los españoles, alejando el juego lo máximo posible de su área. Pero los españoles robaban bolas y salían a la contra con gran rapidez. En una de esas transiciones, Manu Bordas consiguió empatar a uno en el minuto 48. Un nuevo duelo de veinte minutos se abría en el horizonte.

Albert Pérez, soberbio
Los germanos continuaban llevando la iniciativa, pero la defensa española, liderada por un soberbio Albert Pérez, seguía destilando solidez. El guión final de la contienda fue, sin embargo, cruel. Fue un penalti-córner el que acabaría dando los tres puntos a los actuales campeones del Mundo. A falta de siete minutos, un inapelable trallazo de Timm Herzbruch a la escuadra estableció un 1-2 que sería definitivo.

Aún quedaba tiempo y España creyó en el empate. Pudo conseguirlo en un penalti, pero el disparo se marchó desviado y la primera derrota del torneo se convirtió en una triste realidad. Las opciones de acabar entre los dos primeros de grupo y acceder a cuartos siguen, sin embargo, intactas. El margen de error, sin embargo, se ha reducido de forma considerable. España necesita ganar hoy a Japón y el domingo a Nueva Zelanda.

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