David Gallego ha sido uno de los mayores ídolos de la afición del Terrassa FC en la historia reciente del club. Eléctrico, desequilibrante, espectacular y con un carisma arrollador, llegó a contar incluso con peña propia. Llegó al club egarense en 1997 procedente del Córdoba en un momento espléndido con el acceso a la presidencia de Josep Vall. Marchó en 1999 y tras pasar por Hércules y Córdoba jugó en Primera División con el Recreativo. Con el conjunto onubense llegó a disputar la final de la Copa del Rey. En 2003 regresó al club egarense, que por entonces estaba en Segunda División “A”.
Gallego mantiene el mismo carisma en el banquillo, donde imprime esa personalidad arrolladora que ya marcó su etapa como futbolista. Esta temporada ha sido la segunda en el banquillo del juvenil “A” del Espanyol y en ambas ha conquistado el título de División de Honor. El año pasado condujo a su equipo a la final de la Copa de Campeones, trofeo que perdió contra el Villarreal. Ahora sus próximos objetivos son tanto la Copa de Campeones como la Copa del Rey.
Gallego, en declaraciones a los medios oficiales del RCD Espanyol, ha destacado la importancia del título obtenido y del trabajo realizado por una plantilla repleta de prometedores futbolistas. “Los números que ha logrado este equipo son impresionantes”, destaca el técnico. “Además, en determinados momentos de la temporada se ha hecho muy buen fútbol. Hay que darle valor al título, porque cuesta mucho ganar.” Gallego ha destacado la trayectoria del equipo tras perder el primer partido de Liga. “No hemos vuelto a perder ningún partido y eso dice mucho del potencial pero, sobre todo, del hambre que tienen estos futbolistas. Para nuestros jugadores cada partido o cada entrenamiento es una prueba.”