Un final feliz, un largo camino recorrido y un sinfín de emociones aparcadas en el umbral de lo imposible. Con estos tres ingredientes tendríamos suficiente para empezar a contar una historia que no dejaría indiferente a nadie, una historia que, aunque parezca improbable, un grupo de amigos la hizo realidad el pasado domingo.
Corría 1956 cuando se fundaba el Club Tennis Les Fonts. En él, jugaban Jordi Oliva, Ramon Romeu y Joan Carles García, padres de Roc Oliva, Pep y Ramon Romeu y Javi García, todos ellos jugadores de hockey de alto nivel aunque de distintos clubs. Por azares de la vida, fallecieron los tres progenitores, y sus hijos quisieron rendirles homenaje en forma de aquello que aman, el hockey. Y así lo hicieron.
Todos juntos de nuevo
Con Roc y Javi a la cabeza, lo que parecía una simple locura se convirtió paso a paso en algo cada vez más real. "Hace un año que todo empezó. Nos reunimos todos en el club para celebrar el aniversario de mi hermana y la idea cogió fuerza. El hecho de vernos ahí todos juntos fue determinante, nos removió la memoria de tal manera que fuimos a por ello", apunta Javi García.
Hace más de un año pues, se juntaron todos para volver a dar vida a aquel viaje que se inició hace más de seis décadas, enfundándose otra vez aquella camiseta que años atrás defendieron sus padres. "Hablamos muy rápido con el club y nos pusieron todas la facilidades posibles. Quisimos mantener la esencia completamente y así lo hicimos; nombre, camiseta y hasta la pista para entrenar", apunta Javi.
Otro de los integrantes, Ramon Romeu, asegura que su intención era hacer lo mismo que su padre y disfrutar al máximo. "Mi padre siempre me decía que ellos se lo pasaban muy bien, y por tanto, esa era la principal meta", asegura.
Pese a ser jugadores reconocidos a nivel internacional, la competición les hizo empezar en el piso, y ahí sacaron a relucir su espíritu y su talento, proclamándose, con una facilidad abrumadora, campeones de Catalunya de Segunda División, y en consecuencia, ascendiendo a la Primera División del hockey sala catalán.
En esa tesitura, quien mejor que un amigo de toda la vida para dirigir a un grupo de estrellas unidas para conquistar una misma meta. Ahí apareció la figura de Roger Pablo, que si la historia no contenía suficiente carga emocional por si sola, él se encargó de añadir su particular granito de arena. Con un trasplante de riñón a sus espaldas, el capitán Javi no quiso apartar a Roger de sus sueños, y le propuso ser el comandante del proyecto. "No lo dudé. Para mi es una suerte inmensa. Hay muchos entrenadores que desearían tener tanto talento junto. Todo el mundo me ha respetado mucho y ha entendido muy bien su rol", comenta Roger.
Tras este episodio, la saga se amplió. Si no había suficiente talento en el reparto de papeles, un actor nuevo se coló en la superproducción. Su nombre, Koke De Falguera. Actual jugador del FC Barcelona, compartió vestuario con Javi García, Pep y Ramon Romeu en el Egara. Hasta ahí todo parece normal, pero como en toda gran película, tenía que aparecer un actor secundario para hacer un gran papel, y así fue. Más allá de buen amigo de todos, el padre de Koke fue compañero de equipo y amigo de los padres de Javi, Roc, Pep y Ramon Romeu, y Koke no quiso perder la oportunidad de dar rienda suelta a un homenaje bárbaro. "Habíamos coincidido y hacía mucho tiempo que comentábamos que podía ser algo muy bonito. Por suerte terminamos haciéndolo y con este final aún es más bonito".
Final feliz
Y lo volvieron a hacer. Campeones por todo lo alto. Historia viva del hockey, derrotando en la gran final a un Egara que presenciaba atónito como aquel grupo de amigos que tenía en la mente honrar a sus familiares, ganaba y conseguía escribir su nombre en la historia.
La final quiso estar a la altura y regaló momentos para el recuerdo. Tras un partido vibrante, se llegó a los shoot-outs, y ahí, el destino se añadió al homenaje y quiso rendir su particular tributo, ofreciendo un final asombroso. "Me vinieron a la cabeza un conjunto de emociones muy fuertes. Pero ya no sólo por el hecho de ganar, sino por hacerlo con mis amigos. Sin ellos, no habría podido canalizar bien todas esas emociones", apunta Javi García.
Una historia que engrandece el valor del deporte protagonizado por un grupo de jugadores singulares y en muchos casos con un pasado familiar común: Autonell, Arch, García, Dinarès, Peremiquel, Morera, Bausà, De Falguera, Freixa, Pujal y Torredemer. Los campeones de Catalunya.