Pocas horas antes de que Cardenal llegara a Terrassa, un árbitro asistente realizó una denuncia anónima a través de su abogado por unas presuntas amenazas que habría recibido para perjudicar al Barça en el Clásico que se celebrará el 21 de noviembre en el Bernabeú. El dirigente abordó también el tema.
Su antecesor en el cargo, Albert Soler, es actualmente directivo del FC Barcelona, un club que tiene múltiples frentes abiertos.
Tengo una gran relación con él. Es una persona muy valiosa y le deseo mucha suerte en su nueva etapa. Tengo una gran estima por el Barça. Es la institución emblemática del sistema deportivo catalán. Es un club ejemplar, moderno, que consigue la excelencia, que además es polideportivo y cuida el deporte femenino. Eso lo he defendido siempre públicamente y me ha costado muchas críticas. Sobre los asuntos extradeportivos que le afectan ya dije lo que tenía que decir.
¿Entiende que el Barça se sienta perseguido como institución?
Yo no creo en las conspiraciones. Sus propios servicios jurídicos niegan que haya una mano negra. Si tienen algún indicio, que lo digan y lo señalen. Pero las acusaciones anónimas y genéricas sólo conducen al victimismo. Además, estoy seguro que esa no no es la percepción de la mayoría de la directiva del Barcelona.
¿Qué opinión le merece la denuncia del árbitro asistente que dice que le han presionado para que pite contra el Barça?
La acusación me parece gravísima. Pongo el Consejo Superior de Deportes a disposición de ese denunciante. Estoy dispuesto a recibirle cuanto antes. Pero creo que no se puede hacer una denuncia anónima sobre este asunto, porque no va a conducir a nada. En un estado de derecho como el nuestro, nadie debe temer represalias. Yo le garantizo a cualquiera que no las va a tener. Y lo he demostrado en estos cuatro años. He defendido a gente que ha sufrido agresiones sexuales en selecciones españolas y a gente que ha denunciado prácticas económicas inconvenientes en federaciones importantes. Lanzar una acusación de esa naturaleza sin estar dispuesto a sostenerla es algo inaceptable.
¿La guerra del fútbol en las televisiones ha acabado?
Creo que sí. Al volver de los Juegos de Londres, los clubs me decían que no iban a comenzar la Liga. Ahora, lo que hay son empresas que compiten entre ellas. Gracias a la ley que aprobamos el año pasado, ver el fútbol es mucho más barato que nunca para los aficionados.
¿Y la guerra entre la Federación y la Liga de Fútbol Profesional?
Yo he trabajado con ambas. Pero creo que la Federación no ha sido capaz de tener proyectos para hacer frente a los desafíos del fútbol actual. Hemos tenido problemas de violencia, por ejemplo, y no hemos encontrado su acompañamiento.
