La final del Campeonato de Europa femenino que enfrentó a inglesas y holandesas fue uno de los encuentros más emocionantes del torneo. Dos goles de Caia van Maasakker (máxima goleadora del torneo con cinco dianas, todas de penalti) transformó dos penaltis para las holandesas al final del tercer cuarto, pero las anfitrionas respondieron empatando a dos gracias a otros dos penaltis de Sophie Bray y Lily Owsley. Hubo que recurrir a los "shoot-outs", donde las inglesas se impusieron por 3 a 1. Es el segundo título para las inglesas tras el obtenido en Bruselas 1991. Italia y Polonia se revelaron como las peores selecciones. Acabaron con un solo punto y perdieron la categoría, mientras que Bélgica y Escocia obtuvieron la permanencia.
