Por tercer año consecutivo, el Club Egara se vistió con sus mejores galas para albergar el festival europeo de Mamis, una experiencia sin vocación competitiva que permite a mujeres mayores de 35 años que nunca hayan jugado al hockey (o que lleven más de una década sin hacerlo) divertirse con el deporte que apasiona a sus hijos, maridos, amigos y conocidos. Lo que comenzó en el año 2013 como una especie de incógnita se está consolidando año tras año como una cita ineludible del calendario. Entre el viernes y el domingo, 32 equipos compuestos por 355 jugadoras de diferentes clubs europeos y argentinos se enfrentaron entre sí en los dos campos del Club Egara, divididos para la ocasión en tres terrenos de juego cada uno. Donde hace tres semanas se había dilucidado el título de Liga, el hockey recobró protagonismo. La pasión y el espíritu de los equipos belgas, alemanes, suizos, británicos, argentinos y españoles fue idéntico al de las profesionales. Lo que primaba era participar. Y compartir experiencias de todo tipo, reencontrar viejas amistades, reír, bailar, disfrutar.
Los resultados eran lo de menos para estos equipos de mujeres de edades comprendidas entre los 35 y los 60 años. La representación catalana era la más importante, dentro de la cual destacó la del Club Egara, el CD Terrassa y el Atlètic. Lo que comenzó siendo una práctica de unos pocos clubs se ha generalizado dentro del hockey catalán y cada vez más dentro del español. Bilbaínas, madrileñas, valencianas y granadinas constituyeron la novedad de esta edición.
Anna Torrella, Mercè Amat y Anna Soler son las tres directoras del evento. Torrella valoró muy positivamente esta tercera edición y reconoció que en pocos días empezarán a pensar en la cuarta. "Todo ha funcionado de maravilla a todos los niveles. Las jugadoras están encantadas. Esto ya no lo para nadie. El año que viene organizaremos la cuarta edición de este festival", apuntó Torrella.
En relación a la segunda edición de este European Mami’s Hockey Festival se ha pasado de 27 a 32 equipos participantes, una cifra que podría seguir creciendo en próximas convocatorias. Durante los tres días de "competición", el village se convirtió en el centro de reunión de los equipos. Jugadores, técnicos y directivos del Club Egara participaron de forma desinteresada en una organización que conocen ya a la perfección de anteriores experiencias. La actividad era frenética. Los partidos se sucedían. También las cervezas, las charlas. Y las fiestas, especialmente la del sábado por la noche, que reunió en el pabellón a 420 personas y se cerró ya de madrugada.
Otro de los momentos especialmente brillantes fue el desfile, que se celebró, como es tradicional, el sábado a mediodía y contó con la participación de los jugadores de los dos equipos séniors del Club Egara. Los encuentros finalizaron el domingo y a continuación se repartieron premios entre los 32 conjuntos participantes, así como galardones al equipo que exhibió mayor "fair play", al más alegre y al más divertido. El objetivo estaba cumplido. Un año más, las instalaciones del Pla del Bon Aire reunieron a un nutrido grupo de mujeres que han encontrado en el hockey una excelente fórmula de ocio.