Con poca experiencia en los banquillos (unos meses en el Sabadell y un año en el Castellar), David Almazán “Pirri” (41 años) revolucionó el fútbol del Terrassa con una apuesta ofensiva y de buen gusto estético que se ganó el aplauso unánime. Aunque le costó implantar su sistema y con un arranque nefasto estuvo a punto de ser destituido, condujo al Terrassa a las puertas de la promoción. Jugador de distintos equipos de Primera y Segunda, ostenta una Copa del Rey y una Supercopa con el Zaragoza.