Xavi Hernández llegó al FC Barcelona siendo un niño. Oriol Tort, descubridor de talentos para la cantera azulgrana, lo descubrió jugando con los equipos formativos del Terrassa FC. Le costó un tiempo convencer a su padre, Joaquim, para que se incorporase a la entidad barcelonista pero el peso de la lógica empujó a aquel talento emergente hacia el club de su vida. A los 11 años, en 1991, fichó finalmente por el Barça. A los 18 años Louis Van Gaal lo hizo debutar en el primer equipo en una Supercopa de España ante el Mallorca. Y no sólo brilló, sino que incluso marcó un gol. Era agosto de 1998. El inicio de la historia de un mito.
En aquella primera temporada Xavi conquistó la Liga con el Barça. Y su papel siempre será recordado por el gol que marcó en el campo del Valladolid, que salvó la cabeza de Van Gaal e inició la reacción barcelonista hasta su proclamación como campeón. Xavi Hernández, en todo caso, no tuvo un camino sencillo en el Barça. Señalado como el heredero de Pep Guardiola, su fútbol fue discutido y puesto en duda. Su papel empezó a cambiar con la llegada de Frank Rijkaard en la temporada 2003-04. El técnico holandés varió su posición en el equipo y Xavi se convirtió en pieza indispensable del conjunto que lideraba Ronaldinho. Un año después llegó su segunda Liga y después su primera Champions. Y una lista interminable de títulos.
El peor momento de su carrera deportiva se produjo en la temporada 2005-06. En el mes de diciembre de 2005 Xavi sufrió una grave lesión de rodilla que le mantuvo alejado de los terrenos de juego por espacio de cinco meses. La llegada de Pep Guardiola al banquillo (2008-09) acentuó su liderazgo en el FC Barcelona. Y su vitrina de títulos empezó a quedarse pequeña. Con España, Xavi ha ganado un Mundial y dos Eurocopas, además de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos. A todo ello cabe sumarle el título mundial sub-20.