En el programa del 64è Aplec de la Germandat, que debía celebrarse el pasado domingo en Sant Miquel de Toudell, y que se canceló por su fallecimiento el día anterior, aún figuraba su teléfono como contacto para reservar los tickets de la paella. Basta con este detalle para evidenciar el dinamismo y la entusiasta y altruista dedicación a la Associació Cultural El Maestrat a Terrassa que, a pocos días de cumplir los 91 años, mantenía Ramon Daví Rius. La muerte de quién durante sesenta años fue miembro de su junta, y presidente entre 2000 y 2018 (y desde entonces, presidente honorario) ha sido muy sentida en la entidad, y entre todos los terrassenses vinculados a ella, o con orígenes en Morella y sus cercanías.
Puede sorprender, no obstante, que Ramon Daví, nacido en Caldes de Montbui en 1928, y terrassense desde los 2 años, no tuviera raíces propias en el Maestrat. Las echó al casarse en 1956 con Soledat Ferrer Estupinyà, descendiente de padres de la comarca dels Ports de Morella. Tres años después, Daví ya formaba parte como vocal de la junta del Montepío de Hijos del Maestrazgo de Terrassa, antecedente de la actual Associació, que en ese momento presidía Joan Antoni Boix, y existe alguna fotografía de entonces en que aparece colaborando en los juegos del Aplec de Sant Feliuet.
Toda una vida en la entidad
En 1960, aceptó el cargo de tesorero, que ejercería hasta 1999, en que pasó a ser vicepresidente, y, al año siguiente, presidente. Toda una vida, pues, formando parte de la entidad. En el aspecto profesional, tenía un establecimiento de electrodomésticos en la calle de la Rutlla, muy frecuentada por los terrassenses de orígenes morellanos.
La labor de Daví en la asociación fue siempre intensa. Manel Freixas, Manuel Beser Jordà, actual presidente y secretario respectivamente, recuerdan que, además de asistir a todas las reuniones y asambleas de la entidad, “generalmente colaboraba en la instalación de los altavoces en los aplecs, se encargaba de comprar productos para las rifas, y también destacaba como animador en las subastas de estos productos para pagar las fiestas”.
Destacan asimismo su labor con las cuentas de las diferentes secciones. “Hay que decir que no se conoce ningún caso en que el Montepío dejara de pagar los subsidios que se daban a las personas asociadas enfermas”, subrayan. (En 1992, la entidad abandonó las funciones mutualistas para convertirse en una asociación cultural.)
Su labor como presidente la desarrolló siempre “con mucho realismo y dignidad”, y en una etapa “que no fue fácil, sobre todo a causa del descenso en el número socios. No era persona de largos discursos, pero sabía llamar las cosas por su nombre”.
El presidente del centenario
Los hechos más relevantes acontecidos bajo su presidencia fueron el cambio de ubicación del aplec, en el año 2009 (de Sant Feliuet a Can Mir de Viladecavalls,); la recepción de la Creu de Santa Llúcia concedida por el ayuntamiento de Morella de manos de su alcalde, Ximo Puig, el 7 de enero de 2012, acompañado por todos los miembros de la junta, y la realización, en 2016, de la ambiciosa programación conmemorativa del centenario de la asociación, que entre otros actos incluyó las ediciones y las presentaciones de tres libros, celebraciones religiosas, una exposición, un concierto del grupo Quico el Célio, el Noi i el Mut de Ferreries y la excursión a Morella, la Balma y Sorita.
Freixas i Beser, no obstante, creen que lo más importante de Daví eran su calidad como persona, y su sentido de la responsabilidad y el compromiso en todos los cargos que ocupó, y su altruismo común “a todos los miembros de la asociación”. Su voluntad de no desfallecer “se puso de manifiesto cuando en 2006 se planteó en asamblea las pocas o repetitivas actividades que se desarrollaban. Su respuesta fue que mientras hubiera voluntad de continuar la asociación se podía mantener”. También recuerdan “el buen sentido del humor que gastaba de tanto en tanto, pues era una persona muy activa, lo que significa que lo echaremos mucho de menos” .