Faltan poco menos que cuatro semanas para la Festa Major de Terrassa, pero su ambiente ya empezó a respirarse, la tarde del sábado, en la fiesta de presentación de los candidatos a Capgròs de l’Any. En una Plaça Vella repleta, Mariona Tomàs condujo un acto que presentó novedades: un demonio en el escenario, que si los “capdidats” alargaban su intervención más de 2,5 minutos los cortaba con un bocizano; y, tras los discursos, el baile de “La Tereseta” de todos ellos con algunos de los capgrossos, las “completes” de los grupos de cultura popular y un castillo de fuegos artificiales, disparado desde la azotea del número 7 de la Plaça Vella.
Este año, la fiesta coincidía con el 58 aniversario del constructor (y donante) del Capgròs, Jordi Grau, por lo que comenzó con Mariona Tomàs felicitándole. Grau se quedaría en el escenario para colgar del cuello de cada candidato, tras su intervención, la “espardenya” que lo acredita como tal (el Capgròs de l’Any es una iniciativa del Casinet de l’Espardenya) y obsequiarle con una botella de cava.
Cada “capdidat” defendió sus méritos para que Grau lo reproduzca en capgròs y pidió el voto a su manera. El editor, escritor y librero Àlvar Masllorens habló de la complicidad de Terrassa con la cultura, y la pidió en forma de voto. La cocinera del Social Àngela Herraiz, ya que”donde me defiendo bien es en la cocina”, dijo traerse el discurso escrito en un papel envuelto en dos morteros, que cuando desplegó, !zasca!, estaban en blanco. “Gracias a todos, os quiero”, se despidió.
Con Anna Carol, profesora de catalán desde hace 45 años, y actual presidenta de Òmnium Terrassa, aparecieron tres tipos con el rostro oculto por caretas con fotografías de su rostro. “Somos la secta de la Anna Carol”, empezó uno de ellos, en una performance promocional de la “capdidata”. “Ya soy algo cabezón. He cumplido muchos retos y sueños, pero me quedan otros, entre ellos éste”, dijo José Antonio Flores, “el Jose de Prodis”.
“El solo hecho de haber sido propuesta es un regalo único y maravilloso”, dijo la actriz Rosa Aguado, hacia la cual se acercó inesperadamente La Pàjara para expresar, con la voz que hace en el entierro del Carnestoltes, que estaba “muy afligida” porque este año no pudo despedirse de él como se merecía.
Miki y salvatella, ausentes
De Inés Martí, modista del Capgròs de l’Any, dijo Jordi Grau i Martí, que es el único candidato “al que ya la tengo las medidas tomadas”. L’Isidre Tejedor de Cal Pepet, vendedor del Mercat de la Independència, no pudo venir. Tampoco Miki Núñez, de concierto en Bilbao, pero el eurovisivo cantante envió a su madre, Montse, para hacernos saber que estaba “muy agradecido” de ser candidato, ahora a Capgròs, que ya a sus compañeros de Operación Triunfo les comentó que su ciudad “tenía un cabezudo”, y que está “muy orgulloso de ser de Terrassa, y a veces matiza que es de Can Palet”. La tercera ausencia fue la de la jugadora de hockey y escritora científica Carola Salvatella, en representación de la cual su hermano Jan recordó que desde el año 2003, cuando el de Ranjit, no ha habido Capgròs relacionado con el deporte emblemático de Terrassa.
Núria Garcia, del restaurante La Torreta, apareció junto con su hermana Gemma, que le hizo la glosa y recordó condición de pionera de la alimentación sin gluten. “Pese a estar convencido de la importancia de las pequeñas cosas como ésta, cuando te toca a tí piensas que no había para tanto”, dijo el periodista Pep Valenzuela. Rosa Grau, que lleva más de treinta años con capgrossos, hizo una muestra de la “carmanyola picant” con que ahora los compagina.
