El Ballet de Catalunya se presentó en sociedad a finales de 2017 con una gala de apertura y hasta ahora ha estrenado cuatro producciones: “Triple Bill”, “El cascanueces”, “Don Quijote” y “La bailarina de Picasso”. Todas ellas en el Centre Cultural Terrassa puesto que desde el principio le dio su apoyo como compañía residente. El proyecto en su día se presentó ambicioso. Nacía con el objetivo de llenar el vacío de una compañía de danza clásica en Catalunya y también con crear una academia. El liderazgo, sobre todo económico, recaía en manos de Marina Quera, de Terrassa, y era fruto de su amor y pasión por la danza. Quera completó el “staff” con Leo Sorribes, que asumió las funciones de director general, y Elías García, que fue nombrado director artístico. La compañía se formó con un cuerpo de baile joven surgido de audiciones y se acabó consolidando con 24 bailarines, cuatro españoles y el resto extranjeros. De este número quedan ocho o nueve en el Ballet de Catalunya. El resto (nueve) se ha incorporado al nuevo Ballet de Barcelona (segunda iniciativa de Marina Quera), a otras compañías (una bailarina) o han regresado a su país.