Tradición propia de Ca N’Aurell, y con elementos que la singularizan en las celebraciones de cultura popular de toda Catalunya (el baile de gegants dentro de la iglesia), la Festa de la Santa Creu i l’Arbre Maig hizo vivir un año más a participantes y público el especial ambiente que crea cada primer domingo de mayo. Geganters de Terrassa trajeron este año siete figuras (los Gegants Nous -Ramonet i Estefania-, los Gegantons Modernistes, el gegantó Antoni Messeguer y la gegantona Montllorina), que junto con el resto de grupos participantes (Nans i Capgrossos, la colla sardanista Amunt i Crits, el Gegant Pep Panxut y el grupo de esplai de la Escola el Cim, Drac Baluk, Treure Ball, Musikària y el Esbart Terrassa, organizador) se concentraron a las diez de la mañana en la plaza del Progrés.
De ahí saldrían en cercavila hasta la iglesia de la Sagrada Família. En el engalanado tramo de la calle de Faraday adyacente al templo, las actuaciones se sucedieron durante una hora y media. De Capgrossos vinieron diez, entre ellos los que representan dos pintores del barrio, Matraca, ya fallecido, que vivía cerca de donde tuvo lugar la fiesta, y Floreal Soriguera, que a sus 92 años aún vive más cerca, y era emotivo verlos bailar. Los Capgrossos bailaron por parejas, luego hicieron "La Tereseta" en "rotllana", y para el siguiente baile sumaron a ella a los niños del grupo de esplai de El Cim.
"La coca" y "L’Estapera"
Las actuaciones fueron contempladas desde las sillas bajo el escenario por los padrinos de la fiesta de este año, Anna Maria Díaz i Figueroa y Jaume Colom i Armengol, que a las doce del mediodía recibieron el homenaje y con el Esbart Terrassa bailaron el preceptivo y tradicional "Ball de la Coca de Ca N’Aurell".
Tras el "Homenatge a l’Arbre Maig", el rector de la parroquia de la Sagrada Família, mosén Josep Esplugues, bendijo la la cruz de término ubicada ante la iglesia. Musikària interpretó "L’estapera de Terrassa" , y todos los asistentes que quisieron la pudieron bailar.
Seguidamente, en el interior de la iglesia, tuvo lugar la celebración de la eucaristía. En el ofertorio, bailaron los Gegants Nous. La bendición y reparto de los "pans de la Santa Creu" cerró esta fiesta que tuvo una primera etapa entre los años 1952 y 1973, y cuya recuperación impulsó en 1985 Lluís Puig, entonces director del Esbart Terrassa.