Cultura i Espectacles

Los murales de Lybens se conservarán en el Recinte Firal

A mediados del pasado año, cuando se supo que la antigua y mítica discoteca Lybens, en la carretera de Montcada, 120, esquina con la calle de Arquímedes, que llevaba décadas cerrada, iba a ser derruida para construir en el lugar una promoción inmobiliaria, en los medios y las redes sociales se generó una campaña ciudadana por la conservación de los murales de cerámica vidriada y otras piezas que el artista Julio Bono i Peris creó para el establecimiento. El llamamiento ha dado sus frutos, y el Ayuntamiento anunció ayer que los trabajos de recuperación, documentación y conservación de todo este conjunto artístico ya están en marcha.

Así, un grupo de expertos del Museu de Terrassa ha realizado un exhaustivo reportaje fotográfico de las piezas que decoraban el interior y el exterior de Lybens. Y las interiores ya han sido extraidas. Son dos grandes medallones (formados por quince piezas de cerámica) y cinco composiciones menores (con 43 azulejos), que una vez finalizada la construcción del nuevo edificio de viviendas decorarán su interior.

Cerámica para arquitectura
Los murales de la fachada serán extraidos una vez iniciadas las obras de derribo en el interior. Tras documentarlos, se reubicarán en otra fachada terrassense, la del Recinte Firal, que presenta las dos condiciones necesarias para su conservación: los metros suficientes para colocarlas, y su titularidad municipal.

Artista plástico, pintor, escultor y ceramista, Julio Bono i Peris (Sagunt, 1934-Barcelona, 2017, en Catalunya desde muy joven), destacó especialmente por su estilo de cerámica vidriada de grandes dimensiones aplicada a la arquitectura.

Lybens (también publicitada con su nombre en diversas variantes ortográficas, y rebautizada Làser en su última etapa) se inauguró a principios de la década de 1970, y fue al ampliarse y dotarse de cuatro pistas en dos plantas, en 1978, cuando se le encargó a Bono estas piezas, con motivos geométricos y alusiones a la música, que debieron ser paisaje de muchas horas de baile y estados alterados de consciencia. Un testimonio de su época que nos queda para siempre.

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