El azar ha querido que en dos ciudades tan distantes como la nuestra y Montreal puedan verse hoy, proyectadas en una pantalla, películas del cineasta terrassense Antoni Padrós.
El cine-club de Amics de les Arts, dentro de su "Mostra de cinema terrassenc", había programado inicialmente, el pasado 14 de marzo, una sesión dedicada a Padrós, pero una enfermedad del realizador obligó a aplazarla. Tendrá lugar hoy, a las ocho de la tarde, con proyección de los cortometrajes "Pim, pam, pum, revolució" (1969-1970, de veintidós minutos, y
"¿Qué hay para cenar, querida?" (1971-72, de veinticinco minutos). El primero de estos films fue seleccionada en el Underground Film Festival de Londres. Tras el pase, habrá coloquio con el autor.
En la Cinémathèque
Y también hoy, a las nueve de la noche, en la sala de proyección principal de la Cinémathèque Québécoise, en Montreal (Quebec, Canadá) se proyecta su primer largometraje, "Lock-Out", que Padrós rodó en 1973 y se estrenó al año siguiente en el Festival de Manheim. La sesión forma parte del ciclo "Radical Catalan", en el que la Cinémathèque Québécoise presenta, a lo largo de este mes, catorce films rodados en nuestro país entre 1968 y 1978 (otros títulos son "La vieja memoria", de Jaime Camino, "La ciutat cremada", de Antoni Ribas, o "Sexperiencias" de José M. Nunes).
Con Marta Vives, Rita Cemeli y Rosa Morata en los papeles principales, "Lock-Out" (que el pasado año se proyectó en el MoMa de Nueva York) consagró a Padrós como el cineasta catalán underground por excelencia. Es una satira sobre el capitalismo y la búsqueda de alternativas, rodada en buena parte en un desaparecido vertedero de Terrassa.