En Semana Santa, o en sus días previos, son tradicionales los conciertos en que las formaciones de música clásica interpretan temas de réquiem, todo un género que ha evolucionado desde sus orígenes como composiciones para las misas de difuntos. La Orquestra Simfònica del Vallès (OSV), para su gira de Semana Santa de este año, ha escogido el "Requiem en Re menor, opus 48" de Gabriel Fauré (1845-1924), que complementa con el "Requiem" de John Rutter (Londres, 1945). Son solo seis conciertos, uno de los cuales tendrá lugar hoy a las nueve de la noche, en el Centre Cultural de Terrassa. Las entradas tienen unos precios de 18 y 25 euros.
En todas las fechas de la gira, la OSV cuenta con el Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana. Pero además, dándole carácter de "producción participativa", las conciertos añaden en cada ciudad otros coros del territorio. Así, en el de hoy en Terrassa, también cantarán los réquiems de Fauré y Rutter las formaciones locales Cor Montserrat de Amics de les Arts de Terrassa y la Agrupació Coral Matadepera, ambas dirigidas por Rosa Maria Ribera, más el Cor de Cambra de l’Auditori Enric Granados de Lleida, que también comparte director con el del Palau, Xavier Puig. (El concierto de mañana, en Barcelona, reunirá todos los coros participantes en la gira, con más de 280 cantores y músicos en el escenario.)
Una obra esperanzada
Escrito en memoria del padre del compositor, y estrenado en París en 1988, el "Requiem" de Fauré es una de las obras corales más interpretadas en todo el mundo. "La claridad, el equilibro, la serenidad y la belleza etérea de la obra seduce a quién la escucha", señala la OSV sobre esta composición. Fauré no incide tanto en el aspecto dramático de afrontar la muerte, por entenderla como "una feliz liberación en lugar de una experiencia dolorosa" y aunque en su "introito" resuena el aspecto tenebrista y convencional del descanso eterno, la obra respira aires de esperanza y salvación.
"El autor rompe aquí la tradición tremendista de los grandes réquiems románticos prescindiendo del ‘Dies irae’, la secuencia apocalípitica de la liturgia de difuntos, y ofreciendo una obra sereno, nada grandilocuente, pero emotiva."
El "Requiem" de John Rutter tiene cierto carácter epigonal del de Fauré, por su estructura en siete movimientos, su sencillez, la selección libre de versos y su duración, de unos cuarenta minutos.