Decía Clara Segura, en la entrevista previa a la representación de "La bona persona de Sezuan", que los premios hay que ganárselos cada día, cuando se sale a escena, y por tanto el mejor que se puede recibir es el del público. La actriz, con todo el equipo de La Perla29, fue gratamente premiada el domingo en el Teatre Principal tras brindar tres horas de función de la obra de Bertolt Brecht.
Fue una despedida apoteósica. De aquellas que cuando se acaba la función y se apagan las luces, el público estalla en aplausos y reclama impaciente que salgan los actores para que vean y sientan el agradecimiento. Vimos a una Clara Segura, la protagonista, emocionada porque al igual que nosotros, casi todos de pie, debió notar ese "feeling" especial, esa comunión no verbal, que se produce entre quiénes nos han servido un espectáculo dramático maravilloso y un público entusiasmado que se resistía a abandonar la sala.
"La bona persona de Sezuan" nos propone, en forma de parábola, reflexionar acerca del bien y del mal. Para ello, Brecht nos traslada a una China imaginaria donde tres dioses visitan el país a la búsqueda de un buen corazón. Lo hallan en la persona de la joven Xen Te, quien les da cobijo en su casa y la premian con dinero a cambio de que siempre viva haciendo buenas obras. Gracias a la fortuna que le han regalado, Xen Te deja la prostitución y abre un pequeño estanco de tabaco. Pero la miseria en la que viven sus conciudadanos acaba dificultando que pueda cumplir con el mandato de los dioses.
La obra de Brecht nos interpela acerca de nuestras acciones, de hasta qué punto las buenas intenciones están condicionadas por el interés. Y, a lo largo de la historia, el autor nos da unos cuantos ejemplos, empezando por Wang, un vendedor de agua ambulante, que lleva recipientes con medidas trucadas. Y después está un matrimonio que no se conforma con pedir alojamiento gratis sino que se trae a toda la gran familia. Y luego aparece un joven aviador muy atractivo y seductor, que dice enamorarse perdidamente de Xen Te. La joven china, siguiendo el mandato de los dioses, va complaciendo hasta que se da cuenta de que quizás no es oro todo lo que reluce, que se acercan a ella no por lo que es sino por lo que tiene. De ahí que decida crear un doble, un primo, que es quien se encargará de poner freno a la situación y denunciarla sin tapujos.
La Perla 29 sirve un relato simbólico que es una maravilla. Clara Segura, en la joven china y también en el papel de su primo, se confirma como una de las grandes actrices catalanas. Ofrece en esta obra todos los registros posibles con una naturalidad innata. Su presencia teatral es hinóptica como decía un espectador. Y junto a ella un buen número de actores, hasta once, que cumplen con personajes principales y otros de secundarios a la perfección. Ahí esta Toni Gomila, el vendedor de agua capaz de enredar con su don de palabra, y Joan Carreras, interpretando a un aviador de altos vuelos sin oficio ni beneficio. Y qué decir de Mercè Pons, en ese personaje discreto de la anciana propietaria del estanco que cuando sale a escena acapara toda mirada. Y los músicos… Y esa luz ocre que crece y decrece…. Esta obra sobre un ángel en los suburbios -nombre que se le da a la cándida Xen Te- tiene alma.
"La bona persona de Sezuan"
Obra de Bertolt Brecht. Traducción: Feliu Formosa. Dirección: Oriol Broggi. Intérpretes: Míriam Alamany, Joan Carreras, Marcià Cisteró, Jordi Figueras, Toni Gomila, Mercè Pons, Albert Prat, Clara de Ramon, Marc Rius, Xavier Ruano, Clara Segura y Ramon Vila. Músicos: Joan Garriga, Rambo, Marià Roch y Madjid Fahem
Día 31 de marzo. Teatre Principal.