Cada catalán produce una media de 509 kilos de residuos al año, según el informe “Cataluña hacia el residuo cero. Situación actual y e indicadores para la transición”, presentado este miércoles por la Fundación Rezero.
El trabajo, que según la directora general de la entidad, Rosa García, es “pionero”, recoge 30 nuevos indicadores que muestran, entre otros, un ligero aumento en la generación de residuos en los últimos años; un estancamiento de la recogida selectiva; o el impacto de las políticas municipales de residuos.
La directora ejecutiva de la entidad, Elena Díez, ha detallado algunos de los indicadores del informe, divididos en seis ejes: prevención y generación de residuos, gestión y tratamiento, consumo, responsabilidad ampliada del productor, política municipal y economía circular.
“Existe una creencia ficticia de que cuanto más producimos y consumimos, más ricos y felices somos”, han alertado las directivas de la entidad, que además de detallar el informe han presentado propuestas “para que Cataluña emprenda el camino hacia el residuo cero”.
Por su parte, Díez ha apuntado que el aumento en la generación de residuos está relacionado con el crecimiento del PIB y la recuperación económica de los últimos años.
“Resulta evidente que el objetivo europeo de desacoplamiento entre la riqueza y la producción de residuos no se cumple”, ha señalado.
Asimismo, también ha atribuido esta tendencia a un “aumento exponencial” de productos que “se introducen en el mercado, sin que los fabricantes tengan en cuenta los aspectos ambientales a la hora de diseñarlos ni se responsabilicen de su repercusión ambiental y económica una vez se convierten en residuos”.
Díez ha puesto el ejemplo de los pañales de un solo uso o las cápsulas de café, “que ni son reutilizables, ni compostables, ni se reciclan”, y ha denunciado que su gestión “aunque la debería asumir el fabricante, la acabamos pagando toda la ciudadanía”.
Así, una de las propuestas lanzadas por la entidad es la penalización de la producción de este tipo de productos.
Sobre la recogida selectiva, Díez ha señalado que hace años que se encuentra estancada alrededor del 35 % y, además, ha subrayado su mala calidad pues en el caso de la fracción orgánica o los envases hay un 12 % y un 30 % de materiales impropios, respectivamente.
“Hay que replantear los sistemas de recogida de residuos, pues el 75 % de la población catalana vive en municipios donde la recogida selectiva está en niveles inferiores al 40 %”, ha considerado la directora ejecutiva.
En este sentido, Díez ha reivindicado sistemas de recogida individualizados como el “puerta a puerta” y, basándose en los datos del informe, ha mostrado que los pueblos que lo han aplicado generan menos residuos y la recogida selectiva es superior al 60 %.
“Planteamos la urgencia de aplicar nuevos instrumentos económicos, fiscales y normativos: el modelo de producción y consumo catalán está caducado”, ha señalado la directora general de Rezero, que ha pedido una nueva ley catalana de residuos porque la actual “está desfasada”.
Entre las propuestas, además de las penalizaciones a los productos de un solo uso y de corta duración, destacan tener un marco legal sobre la venta de productos a granel, que los productores cubran el 100 % de los costes asociados a los residuos generados o generalizar el sistema de depósito, devolución y retorno para determinados envases de bebidas y otros productos con potencial de reutilización y recuperación.
Además, García ha pedido “dejar de culpar a la ciudadanía, como si el problema de los residuos fuera solo de los consumidores” y ha reclamado “que cada sector asuma su responsabilidad”.