Los Mossos d’Esquadra han desmantelado un grupo criminal que robaba motos y coches en el área metropolitana de Barcelona, operación que ha concluido con la detención de cuatro hombres, la denuncia a la pareja de uno de ellos y la recuperación de 24 motocicletas y 33 coches sustraídos en los últimos seis meses.
Los cuatro detenidos tienen entre 26 y 39 años, son de nacionalidad española -dos de ellos-, hondureña y polaca y están acusados de los delitos de robo o hurto de uso de vehículo, hurtos, receptación, pertenencia a grupo criminal y falsificación documental.
La investigación se inició a partir de la denuncia de un vecino del distrito de Sarrià-Sant Gervasi de Barcelona al que le habían robado la moto y que finalmente pudo recuperarla tras la interposición de la denuncia ante los Mossos, según ha informado hoy la policía catalana.
Los agentes que investigaron este robo constituyeron un grupo coordinado de investigadores de diversas comisarías de la ciudad (Nou Barris, Gràcia, Sarrià y Les Corts) y a él se sumaron también agentes de la división de Tráfico, formados y preparados para detectar documentación y vehículos con apariencia de legalidad, pero con falsedad documental o piezas manipuladas procedentes de coches robados.
El trabajo coordinado de los agentes permitió la identificación de cuatro personas, integrantes de un grupo criminal dedicado al robo de vehículos y establecido en Begues (Barcelona) y liderado por un hombre español de 38 años, vecino del municipio y con antecedentes por delitos similares, que había creado este grupo hacía al menos un año.
El grupo lo formaban su pareja sentimental y dos hombres más, uno de 26 años y vecinos de Begues y otro de 38 años y residente en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona).
La casa del principal investigado era el centro de operaciones y en ella se halló multitud de documentos de vehículos y una máquina para acuñar matrículas, un aparato que se limita a operadores con requisitos que los investigados no cumplían, según los Mossos.
Los agentes también registraron una casa de mil metros cuadrados, que era el lugar en el que se desballestaban los vehículos y donde se manipulaban las piezas.