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Policías del 1-O se escudan en que se les ordenó actuar rápido y sin detener

Tres policías nacionales investigados por su intervención contra el referéndum del 1-O se han escudado hoy en que tuvieron que actuar con contundencia en los centros de votación, porque se les había ordenado intervenir con la máxima celeridad y sin detener a ninguno de los concentrados.
Según han informado fuentes jurídicas, un inspector jefe y dos agentes antidisturbios que intervinieron para impedir el referéndum en la escuela Ágora, situada en el distrito barcelonés de Nou Barris, han declarado hoy como investigados ante el juez que indaga la actuación de los policías nacionales contra el 1-O en Barcelona.
La de hoy es la tercera jornada de interrogatorios por la actuación policial del 1-O, por la que hasta ahora están imputados 24 agentes, aunque la acusación popular que ejerce el Ayuntamiento de Barcelona ha pedido que lo sean otros 24.
Como en días anteriores, los agentes han afirmado hoy que ni el mismo 1-O ni en las jornadas previas al referéndum se les dio la orden de cargar, sino que eso era una decisión que dependía del operativo desplegado en el terreno e incluso de cada agente individualmente, según la “agresividad” que apreciaran en esa situación.
Lo que sí sostienen los policías es que se les ordenó que actuaran con la máxima celeridad en la incautación del material electoral -para evitar que se sumaran más concentrados, como sucedió en las protestas del 20S ante la consellería de Economía- y que no detuvieran a ninguno de los concentrados.
Ello les obligó, han alegado los agentes, a intervenir con contundencia contra los concentrados, pese a que en algún caso, ha afirmado el inspector jefe, lo adecuado habría sido practicar una detención por resistencia e incluso atentado a la autoridad.
Los policías nacionales han insistido en que se toparon con una masa “hostil y agresiva” en la escuela Ágora, donde algunos votantes mantenían una actitud de “odio” hacia los agentes y había varios encapuchados, y han afirmado que recibieron golpes de paraguas en las piernas.
De hecho, uno de los agentes ha precisado que en sus ocho años de antidisturbios, nunca había visto una “masa tan agresiva” como la de los concentrados en el local de votación.
A los investigados se les han exhibido unas grabaciones de vídeo que muestran a dos agentes golpeando en la cabeza a una persona y haciendo la zancadilla a otra que se encontraba en medio de la línea policial, una actuación que el inspector jefe del operativo ha dicho que no presenció porque se encontraba fuera de la escuela en ese momento.
Por su parte, el agente que está investigado por aporrear la cabeza de un concentrado ha aducido que no fue él quien causó la herida al votante, sino otro policía que le había golpeado anteriormente.
El policía imputado por la zancadilla al votante, por su parte, ha dicho que se limitó a darle con la pierna para efectuar un “barrido” de la zona, dado que el hombre se habían interpuesto en la línea policial y su voluminoso peso hacía imposible actuar de otra manera para apartarlo.
Según Javier Aranda, abogado de los dos agentes imputados, sus clientes han demostrado ante el juez que su actuación “fue proporcionada” y que era la única manera efectiva de abrirse paso entre una masa de 200 manifestantes hostiles.
De hecho, el inspector jefe ha precisado hoy que, ante la desproporción de sus 15 efectivo con los 200 concentrados, decidió que los antidisturbios se desplegaran en una calle estrecha ante una puerta lateral del centro, emulando el llamado “paso de las Termópilas”, en el que los griegos lograron ganar a los persas en la segunda guerra médica, situándose estratégicamente en la parte más angosta de un desfiladero.
El inspector jefe ha añadido que, antes del 1-O, se les asignaron en las reuniones de coordinación las siete escuelas en que debía dirigir el operativo y, por ese motivo, en los días previos fue al centro Agora a “reconocer” el terreno y las posibilidades de actuar.

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