Un juez de Barcelona ha impuesto una condena de un año de prisión, multa y privación de acceso al metro durante seis meses a un grafitero que ha sido considerado culpable de un delito de daños en bienes públicos de uso público comunal.
La sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, es la primera en Barcelona que condena al autor de unas pintadas en los vagones del metro a la pena de “privación del derecho a acudir o acceder al servicio público de transporte del metro de Barcelona y su área metropolitana” durante seis meses, algo que hasta ahora sólo se había aplicado a los carteristas que actúan en el suburbano.
La sentencia ha sido dictada por el juzgado de lo Penal número 19 de Barcelona por unos hechos que ocurrieron el 5 de julio de 2015, cuando el condenado, acompañado de un menor de edad, accedió a la zona de aparcamiento de la Línea 4 del metro de Barcelona en la estación de La Pau e hizo pintadas en dos vagones con su firma (“tag”, en el argot de los grafiteros).
Según recoge la sentencia, los dos grafiteros utilizaron aerosoles de pintura corrosiva para hacer sus pintadas, lo que deterioró la fachada de los dos vagones y las gomas de las ventanas y puertas, que quedaron inservibles y tuvieron que ser sustituidas, en unos trabajos de limpieza y reparación cuyo coste ascendió a 2.187 euros.
El juez interpreta que, de acuerdo con la reforma del Código Penal que entró en vigor el 1 de julio de 2015, que contemplaba que deslucir la propiedad ajena era sólo una falta, y dado el valor de los daños, superior a 400 euros, se trató de un delito.
Cómo los hechos sucedieron el 5 de julio, cuatro días después de la entrada en vigor de la reforma, el juez aplica la nueva normativa por primera vez en una sentencia conocida en Barcelona contra un grafitero.
El juez, que también impone una multa de 12 meses a razón de 3 euros diarios (1.095 euros) reconoce la insolvencia del condenado, por lo que informa favorablemente para que sea sustituida por trabajos en beneficio de la comunidad.
El condenado que, según el juez, “es conocido en el ámbito grafitero y actuaba casi siempre en pareja”, también deberá indemnizar a la compañía de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) con los 2.187 euros que costó la limpieza y reparación de los vagones.
El autor de las pintadas fue identificado por las imágenes captadas por las cámaras de seguridad y por la firma (“tag”) que utiliza en sus pintadas.
En cuanto al año de prisión, el juez informa favorablemente de la suspensión de la pena privativa de libertad condicionada a que el grafitero no delinca en el plazo de dos años y satisfaga la responsabilidad civil.
En su sentencia, el magistrado considera que las pintadas del grafitero fueron “más que un mero deslucimiento” ya que los vagones sufrieron “un deterioro considerable” y requirieron ser inmovilizados, lavados mediante líquidos tóxicos, y repintados.
También considera que “los hechos enjuiciados revisten la suficiente gravedad como para constituir el tipo penal pero además lo son de un bien de uso público”, en contra de la opinión de la defensa que alegó que el metro es un bien privado por pertenecer a TMB.
La sentencia, dictada el pasado 22 de octubre, ha sido notificada dos días después de que en la madrugada del pasado domingo un grupo de 34 grafiteros organizados asaltara un metro en Barcelona para pintarlo y se enfrentase a los pasajeros que protestaron por su acción, a tres de los cuales, entre ellos una mujer embarazada, agredieron.