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El cambio de horario anual es malo para la salud pero permite ahorrar energía

El cambio de horario que se lleva a cabo dos veces al año, en marzo y en octubre, comporta perjuicios para la salud pero es bueno para ahorrar energía, según han concluido hoy expertos en reforma horaria, eficiencia energética y cronobiología en un encuentro en Barcelona.
La Comisión Europea ha abierto una consulta pública en la que se pedía la opinión de los ciudadanos sobre mantener o no el cambio de horario dos veces al año y, en caso negativo, si la preferencia seria el horario de verano o el horario de invierno.
La consulta, que durante los tres primeros días en funcionamiento obtuvo más de 500.000 participaciones y que se estima que la cifra debe haberse doblado desde entonces, estará abierta hasta el próximo 16 de agosto.
Según ha anunciado hoy en el inicio del debate el director de la Representación de la Comisión Europea en Barcelona, Ferran Tarradellas, si finalmente se optara por cambiar la situación actual “se cambiaría para todos los Estados Miembros”, ya que de no ser así conllevaría “problemas” que afectarían, entre otros, al mercado interior.
El meteorólogo Tomàs Molina ha moderado hoy el debate entre expertos, fruto de la preocupación que ha suscitado este tema entre la ciudadanía y que ha llegado incluso al Parlamento Europeo.
En el debate ha participado el impulsor del Pacto por la Reforma Horaria, Fabián Mohedano, la cronobióloga Trinitat Cambras y el presidente del Clúster de Eficiencia Energética de Cataluña, Xavier Farriols.
El debate se ha centrado en dos aspectos fundamentales, como son la repercusión en la salud y el ahorro y eficiencia energética, aunque también se han planteado cuestiones como el espacio global “en el cual nos movemos”, ha añadido Mohedano.
Así, Cambras se ha mostrado favorable a suprimir los cambios de horario desde el punto de vista de la salud, ya que actualmente, “y está demostrado”, afecta a la salud de los ciudadanos, que pueden sentir malestar, tener alteraciones en el sueño, riesgo cardiovascular y hasta en algunos casos depresión.
Así, en el supuesto que se decidieran suprimir los cambios horarios, la cronobióloga considera que mantener el horario de invierno sería mejor porque quedaría “mucho más ajustado”.
En este sentido, Mohedano se ha mostrado completamente de acuerdo con Cambras y lo ha argumentado explicando que de este modo evitaríamos tener horas de oscuridad cuando los niños van al colegio o cuando empezamos la jornada laboral y favorecería el rendimiento escolar.
Además, Mohedano ha abierto el debate sobre la reforma horaria laboral como uno de los factores a tener también en cuenta.
A diferencia de los otros dos expertos, Farriols ha advertido de que no aplicar el cambio horario implicaría “perder todo lo que hemos ganado hasta ahora” desde el punto de vista energético.
Farriols ha argumentado que el cambio de hora ha permitido, según estudios, ahorrar un 5 % de consumo de energía, por lo que “no podemos perder lo que hemos conseguido”.
Llegados a este punto, Cambras ha considerado que es necesario escoger “la mejor opción”, conseguir que haya un horario común y “adaptarse”.

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