El juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, ha rechazado la entrega a España del expresidente Carles Puigdemont solo por el delito de malversación, al retirar la euroorden que pesaba contra él, lo que abre la puerta a que el exdirigente catalán permanezca hasta 20 años fuera de nuestro país.
Llarena responde así a la decisión de la Audiencia Territorial de Schleswig-Holstein, que hace una semana resolvió a favor de la extradición de Puigdemont por un presunto delito de malversación de fondos, pero no por uno de rebelión, tal y como solicitaba el juez.
En un auto, el magistrado retira la orden europea e internacional de detención que pesa sobre el expresidente catalán, lo que significa que tendrá plena libertad de movimientos en el extranjero. Pero no podrá regresar a España, ya que sería automáticamente arrestado -al estar vigente la orden de detención nacional- hasta pasados 20 años, lo que tarda en prescribir el delito de rebelión.
Se trata de la segunda vez que el juez retira una euroorden (OEDE) contra Puigdemont, una vez que el pasado diciembre hizo lo mismo cuando el exdirigente catalán estaba en Bélgica, ante el escenario de que las autoridades de este país cercenaran la posibilidad de juzgarle por todos los delitos que se le imputan.
De hecho, el juez también retira las órdenes europeas e internacionales de detención contra los exconsellers fugados Antoni Comín, Clara Ponsatí, Lluís Puig y Meritxell Serret, además de la euroorden contra la secretaria general de ERC, Marta Rovira.
Con todo, estas órdenes se pueden reactivar en el futuro e, incluso, dictar otras nuevas.