Si hace un año Bruno Mars logró seducir a 18 mil personas en el Palau Sant Jordi de Barcelona, este año hizo enloquecer al triple, 54.000, en el Estadio Olímpico de la misma ciudad, donde ayer miércoles ofreció una fiesta “funk” por todo lo alto, con fuegos artificiales y confeti incluido. Un público de todas las edades y condiciones se rindió ante el carisma y la energía de este fenómeno de masas, que en poco años se ha metido en el bolsillo a medio Planeta con su “pop-funk” de aires ochenteros, tremendamente bailable.
Parece que Bruno Mars ha decidido explotar el buen momento de popularidad por el que pasa y no tiene prisa por volver al estudio de grabación. Efectivamente, el repertorio fue parecido al del anterior paso por Barcelona de la gira de presentación de “24K Magic”, pero eso no pareció molestar a nadie, más bien todo lo contrario.