Lloret de Mar, que trabaja desde hace años en la transformación de su oferta turística, ha llegado en el desarrollo de ese proyecto al ámbito de la gastronomía y ha volcado toda su apuesta en la cocina saludable de la mano de la Fundacion Alicia, nacida de la inspiración del chef Ferran Adrià.
Esta localidad gerundense, uno de los destinos más importantes de Cataluña, ha tomado conciencia de que la comida es un factor que decanta la elección del lugar donde pasar las vacaciones y, para contar con una personalidad propia, dispone del beneplácito de la Asociación de Bares y Restaurantes y del Gremio de Hostelería.
Después de un año de trabajo a nivel interno, todos los agentes implicados, con el alcalde de Lloret de Mar, Jaume Dulsat, al frente, han presentado el proyecto, que pasa en esta primera fase por constituirse en primer gran núcleo turístico especializado en la cocina saludable con especial atención a alergias e intolerancias.
“Sana, sostenible y buena” ha sido el resumen de la propuesta gastronómica que ha realizado Dulsat, quien ha destacado la importancia de contar con el respaldo de un centro de investigación gastronómico como es la Fundación Alicia.
Su director general, Toni Massanés, ha explicado cómo Lloret de Mar contactó con ellos para desarrollar la transformación de su oferta en el ámbito de la cocina, algo que ha subrayado que forma parte de su “ADN”.
Massanés ha partido del planteamiento de la Fundación de que la relación con los alimentos no podía ser “puramente industrial o comercial”, aunque sí viable económicamente, práctica, sostenible y atractiva al paladar.
Para trasladar su conocimiento y herramientas a Lloret de Mar, lo primero que hicieron hace un año fue enviar allí a sus expertos, desde nutricionistas a químicos, para conocer su realidad y necesidades.
La conclusión fue la de apostar por una cocina de la salud, tendencia en auge tanto entre el público nacional como internacional, a la espera de incidir en una segunda fase en la identidad gastronómica propia de este municipio.
Inicialmente, se otorgarán certificaciones a los establecimientos que reúnan una serie de condiciones que pasan por trabajar con aceite de oliva, incorporar al menú platos de verduras y productos integrales y favorecer el consumo responsable de alcohol.
La formación es el paso siguiente para adaptar los procesos de las cocinas y salas y proceder a la ampliación de la oferta, que tendrá en cuenta las particularidades de clientes vegetarianos o deportistas, ya que Lloret de Mar cuenta también con certificación especializada en este último perfil de visitante.
El objetivo es que la mitad de los establecimientos se hayan adaptado al nuevo modelo en el plazo de dos años, aunque algunos se han avanzado como sucede con el grupo hotelero Evenia, que aloja la escuela de hostelería.
A modo de conclusión, Toni Massanés ha planteado la imposibilidad de que un turista que se aloja una semana en un hotel donde realiza todas las comidas del día, especialmente si es del perfil familiar, no cuente con una dieta equilibrada.
El presidente del Gremio de Hostelería de Lloret de Mar, Enric Dotras, ha coincidido con Massanés y ha puntualizado que “25.000 de las 30.000 camas de que dispone el municipio se han implicado, lo que supone que unos cinco millones de pernoctaciones podrán disfrutar de estas nuevas líneas de gastronomía saludable”.