La begurense Dolors Moret Ferriol, la persona de mayor edad de la provincia de Girona y segunda de Cataluña, falleció el pasado sábado a los 111 años de edad y ha sido enterrada hoy en esta localidad de la Costa Brava.
Lola Moret, más conocida como “la Lola de teléfonos”, nació el 10 de enero de 1907, estuvo casada en primeras nupcias con Martí Plaja Congost, con quien tuvo un hijo, y, posteriormente, con Ricard Isern Sau, residente en Torrent, con quien tuvo gemelos, Ricard y Dolors, que cumplirán en diciembre 77 años.
Desde los 13 años hasta que se jubiló, dedicó toda su vida profesional al oficio de telefonista, que siempre ejerció en Begur y prácticamente siempre desde su domicilio.
En una salita de su casa, en la calle Bonaventura Carreras, tenía la centralita manual con veinticinco números desde donde realizaba las conexiones telefónicas siempre y cuando el municipio vecino de Palafrugell le diera línea.
Cuando la persona por quien pedían no tenía teléfono, ella se las arreglaba para mandar a buscar al solicitado y que pudiera hablar desde la centralita, que pasó de veinticinco a cincuenta números cuando aumentó la demanda en la población.
“Hasta el último momento se ha acordado de qué familia tenía cada uno de esos números y mi madre y mi tío también se los llegaron a aprender”, explica Maurici Abad, nieto de Lola.
La mujer dejó la centralita de su casa en 1964 y se instaló en el locutorio “cuando Telefónica puso en marcha el Plan Costa Brava, que dotaba a cada pueblo de una central automática de teléfonos”, según explica Àngel Rodríguez, quien fue encargado de esta instalación desde agosto de 1965 y durante varios años.
Lola se jubiló al cabo de poco y vivió muchos años más en Begur pero, desde hace veintiséis, tenía su residencia en casa de su otro hijo en Palamós, donde también vivía parte de su familia.
Desde que cumplió los cien años recibía cada año como obsequio un ramo de flores, tanto del consistorio de Begur como del de Palamós, los últimos el pasado 10 de enero cuando cumplió 111.
Los vecinos de Begur, amigos de la familia y los hijos, nietos, bisnietos y tataranietos de “la Lola de teléfonos” le han dado hoy su último adiós en la Iglesia de Begur y, posteriormente, ha recibido sepultura, por su explícito deseo, en el cementerio de esta localidad.