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El Rey vuelve a Catalunya seis meses después para el Congreso Mundial del Móvil

El Rey acudirá el próximo 25 de febrero a Barcelona para presidir la cena previa al Mobile World Congress (MWC), que se inaugura al día siguiente, en su primera visita a Cataluña desde que, hace seis meses, asistió a la manifestación contra el terrorismo en la capital catalana.
Como en ediciones anteriores, asistirá a la cena de bienvenida al MWC ofrecida por el Comité Ejecutivo de la asociación GSMA y la Fundación Mobile World Capital Barcelona que preside la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, una ceremonia que, al igual que el año pasado, se celebrará en el Palau de la Música y a la que asistirá la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
Aunque todavía no está confirmada oficialmente la presencia del Monarca en la inauguración del congreso, que tendrá lugar el día 26 por la mañana en las instalaciones de la Fira de Barcelona en L’Hospitalet de Llobregat, fuentes gubernamentales dan por hecho que el jefe del Estado presidirá la apertura del MWC.
Además de Sáenz de Santamaría y Colau, acudirán a la cena de bienvenida al congreso el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, y el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, mientras que el presidente del Parlament, Roger Torrent, no ha confirmado por el momento su asistencia.
Felipe VI, que ha viajado a Cataluña en 26 ocasiones desde su proclamación en junio de 2014, más que a ninguna otra Comunidad, regresa ahora por primera vez desde que comenzaron los preparativos de la votación del 1-O sobre la independencia, rodeado de gran expectación por todo lo ocurrido en estos meses y por la repercusión de su mensaje televisado del 3 de octubre.
Dos días después de la convulsa jornada del 1 de octubre, el jefe del Estado se dirigió a los españoles con un excepcional mensaje institucional en el que llamaba a los “legítimos poderes del Estado” a asegurar “el orden constitucional” ante la “deslealtad inadmisible” de la Generalitat y otras autoridades autonómicas catalanas.
En septiembre, después de que el Parlament aprobara su ley del referéndum, ya había aprovechado el discurso de entrega de los Premios Nacionales de Cultura para proclamar que la Constitución prevalecería sobre “cualquier quiebra” de la “convivencia en democracia” y los derechos de todos los españoles serían preservados frente a “quienes se sitúan fuera de la legalidad”.
Tras el 1-O, el desafío independentista condicionó durante semanas la agenda oficial pública del Rey, quien también en la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias afirmó que Cataluña “es y será una parte esencial” de España, cuyas “legítimas instituciones democráticas” resolverán el “inaceptable intento de secesión” dentro del respeto a la Constitución.
Desde la aplicación del artículo 155 de la Carta Magna, la voz de Felipe VI no volvió a oírse hasta después de las elecciones del 21 de diciembre, en el tradicional mensaje de Nochebuena, cuando pidió a los elegidos en los comicios que afrontaran los problemas de todos los catalanes y respetaran su pluralidad, sin “imponer las ideas propias frente a los derechos de los demás”.
“El camino no puede llevar de nuevo al enfrentamiento o a la exclusión, que -como sabemos ya- solo generan discordia, incertidumbre, desánimo y empobrecimiento moral, cívico y -por supuesto- económico de toda una sociedad”, advirtió entonces.
Don Felipe inauguró su presencia en Cataluña como Rey días después de ser proclamado, con un discurso por la entrega de los Premios Princesa de Girona en el que mostró su voluntad de hacer aún más presente a la Corona en esta Comunidad para transmitir “mensajes de respeto, entendimiento y convivencia”, al tiempo que defendió una colaboración “generosa” para atender “legítimas aspiraciones”.
En tres años y medio, la sucesión de acontecimientos ha llegado a un punto en el que dos de los galardonados por la Fundación Princesa de Girona han renunciado a sus distinciones y el propio Ayuntamiento de la capital gerundense deniega ya el uso del auditorio de la ciudad para acoger la próxima ceremonia de entrega de los premios.

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