El invierno, que comienza mañana día 21 a las 17:28 hora peninsular, se prevé que sea más cálido de lo normal en toda España y con poca lluvia, después del otoño más seco en lo que llevamos de siglo y el tercero desde 1965, por detrás de los de 1978 y 1981.
En rueda de prensa para presentar la predicción estacional del invierno, la portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Ana Casals, ha avanzado que los modelos climatológicos señalan que, en general, en los meses de enero, febrero y marzo los valores estarán entre 1 y 3 grados por encima de la media para la época del año en casi todo el país.
Respecto a las precipitaciones, ha explicado que no se aprecian señales significativas de lluvias en los tres meses del invierno, aunque, de momento, enero “presenta más probabilidad en el tercio oeste”, mientras que marzo muestra un “tinte de ser el mes más seco” de toda la estación invernal.
No obstante, el régimen de lluvias “estará en la normalidad para la época del año”, ha destacado la portavoz, y, “aunque hay que verlo en positivo, con ellas no se solucionará la sequía”.
Esta situación de escasas precipitaciones continúa la línea del otoño, que en su conjunto ha sido muy cálido y muy seco, con una precipitación media de 84 litros por metro cuadrado, cifra un 59 por ciento por debajo de lo normal.
Ana Casals ha explicado que “para hablar de cambio climático sólo podemos fijarnos en las temperaturas, no en las precipitaciones”, ya que España “es un país de grandes sequías y, aunque sabemos que va a llover menos, no podemos atribuirlo al cambio climático”.
Septiembre fue el mes más seco, mientras que octubre y noviembre acumularon algo más de precipitación, aunque poco significativa, lo que sitúa a este otoño a la cabeza en cuanto a escasez de lluvias de todo el siglo XXI y en tercer lugar de los últimos 52 años.
La portavoz de la Aemet ha explicado que “la culpa de un otoño sin apenas precipitaciones hay que buscarla en el predominio de una situación de bloqueo anticiclónico, que no ha permitido la entrada de borrascas a la Península ni de temporales en la zona levantina”.
Otra peculiaridad de esta estación ha sido el marcado contraste en la oscilación térmica -diferencia entre temperaturas nocturnas y diurnas-, hasta 2,4 grados centígrados superior a la normal para esta estación.
Por su intensidad y duración, el episodio cálido más destacado del otoño tuvo lugar en la primera quincena de octubre en la Península, con 39,5 grados centígrados en Córdoba, y entre los días 12 y 14 del mismo mes en Canarias, y hasta los 38,7 grados en Fuerteventura, la temperatura más alta del otoño en el archipiélago.
Y en cuanto a lluvias, el episodio más destacado se produjo entre el 28 y el 30 de noviembre, en que se recogieron hasta 100 litros por metro cuadrado en Cantabria y las provincias de Cádiz y Sevilla, mientras que entre el 16 y el 20 de octubre se acumuló más del 90 por ciento de la precipitación total mensual en un episodio que afectó a toda España.
Según la Aemet, ninguna de estas precipitaciones supusieron el valor máximo de la correspondiente serie, y de hecho en seis observatorios las lluvias acumuladas de este otoño fueron incluso inferiores a la mínima.
Con todo, el año 2017 va camino de ser uno de los tres más cálidos jamás registrados, después de 2011 y 2015, con una anomalía de temperatura positiva de 1 grado centígrado, y de los tres más secos, junto a 1965 y 1981, con un déficit de precipitación del 28 por ciento respecto a la media.
Y en cuanto al año hidrológico, del 1 de octubre de 2016 al 30 de septiembre de 2017, se ha caracterizado por ser muy seco en todo el país, con 551 litros por metro cuadrado acumulados para el conjunto de España, lo que representa un déficit del 15 por ciento con respecto a la media (648 litros).