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Astérix viaja a Italia para combatir a Roma sobre ruedas en su nueva aventura

Astérix y su inseparable Obélix, los héroes galos más famosos del cómic, se suben a una cuadriga por las vías de Italia en su 37 álbum, el tercero sin la firma de sus creadores Uderzo y Gosciny, en el que los irreductibles personajes demostrarán que no todos los caminos llevan a Roma.
“Roma aparece como una ciudad rodeada de pueblos hostiles”, aseguró hoy a Efe el guionista Jean-Yves Ferri, que junto con el dibujante Didier Conrad firma el tercer álbum consecutivo supervisado por Albert Uderzo, quien creó el personaje con el fallecido René Gosciny en 1959.
Ausente por problemas de salud del acto de presentación hoy en París, el dibujante de 90 años envió un vídeo en el que consideró “formidable” el trabajo que han hecho Ferri y Conrad, tras haber firmado su periplo por Escocia en “Astérix y los pictos” (2013) y por Armórica en “El papiro del César” (2015).
Los creadores apenas ofrecieron detalles de la nueva historia de Astérix y Obélix para mantener el misterio sobre el álbum, que será lanzado de forma simultánea en 25 países el próximo día 19.
Pero revelaron que “Astérix en Italia” se desarrollará “sobre ruedas”, a bordo de una cuadriga con la que se inscribirán a la carrera a la que Julio César invita a todos los pueblos del mundo conocido para mostrar el gran estado de las vías romanas.
Una idea que le ha gustado especialmente a Uderzo, apasionado del automovilismo.
Hasta ahora, las únicas incursiones de los galos en Italia, país de origen de Uderzo, se habían centrado en Roma, adonde viajaron en 1964 (“Astérix gladiador”) y en 1972 (“Los laureles del César”).
Ni el galo del gorro alado ni su inseparable repartidor de menhires Obélix pondrán en esta ocasión los pies en la capital del imperio, que volverá a representar el mal, esta vez encarnado en un nuevo personaje, Coronavirus, un auriga enmascarado que competirá en las carreras con los protagonistas.
Para crearlo, Conrad llegó a dibujar hasta una decena de máscaras diferentes, de entre las que Ferri eligió la que mejor se adaptaba al tipo de malo que quería para esta historia, un personaje fanfarrón, irónico y misterioso.
Coronavirus hará todo lo posible para ganar la carrera frente a la cuadriga de los galos, adornada con el símbolo del poblado, un gallo, y a cuyas riendas estará Obélix, con Astérix de copiloto.
Astérix es siempre, asegura Conrad, un luchador “contra la opresión”, que en tiempos de Gosciny estaba caracterizado por el recuerdo todavía patente de la ocupación nazi de Francia.
Ahora, agrega Ferri, se personifica en otros combates como la globalización, que en la nueva aventura está representado por el centralismo de Roma frente a los otros pueblos que habitaban la península.
Con esa pirueta han encontrado un nuevo caballo de batalla con el que se sienten identificados y que les permite mantener la lucha de los irreductibles galos.
“La imagen del poblado cambia, siempre es diferente, se adapta a las épocas. Es un universo tan bien estructurado que puede transformarse sin problemas sin que sea traicionado”, afirma Conrad, mientras que Ferri agrega que “el poblado es la tribu, es la familia, todo el mundo se reconoce en ello, por eso funciona”.
Los autores reconocen que sienten curiosidad por conocer la acogida que el nuevo álbum tendrá en Italia, pero se muestran esperanzados porque en sus viajes por ese país, en particular para conocer las vías romanas, no han visto el mismo centralismo que hay en Francia.
“Los italianos no se consideran los malos, los malos son los romanos, los malos siempre son los otros”, dijo Ferri, que adelanta que en “Astérix en Italia” aparecen vénetos, umbros, etruscos, oscos, mesapios, apulios, una amplia diversidad de los pueblos que componían la península.
Ferri y Conrad, que poco a poco comienzan a adueñarse del personaje de Gosciny y Uderzo, aseguraron que tienen ofertas para llevar al héroe a todos los lugares del planeta, algunos tan inverosímiles para un galo de la época romana como Argentina.
Y no descartan nada, porque el personaje ha cobrado una talla mundial, con 370 millones de ejemplares vendidos, traducciones en 111 lenguas y dialectos, y 13 películas.

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