El conflicto independentista que se vive en Cataluña ha tensado el Congreso hasta el extremo de que ya solo hay dos frentes polarizados: por un lado los partidos que apelan al orden constitucional, y por otro Unidos Podemos, las confluencias y los nacionalistas que defienden el derecho a decidir.
El orden del día del pleno tenía hoy tres asuntos sobre los que han corrido ríos de tinta en los últimos meses, pero que al final han sido sobrepasados por los acontecimientos de estos días en Cataluña.
El PDeCAT y sobre todo ERC, que ayer abandonaron el pleno en protesta por las detenciones de altos cargos de la Generalitat promotores del referéndum ilegal del 1 de octubre, han regresado al trabajo parlamentario en el hemiciclo, pero únicamente para denunciar el “atropello” del Estado.
Pese a que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha pedido reiteradamente a los oradores que se ciñeran al orden del día, el pleno ha sido un mero cruce de reproches de uno a otro lado de la bancada e, incluso, apelaciones al voto en la consulta ilegal.
Ha sido el caso de la diputada de ERC Ester Capella, que ha aprovechado su intervención en la tribuna para alertar de que lo que está sucediendo no es un ataque a los independentistas sino un “ataque a la democracia española” y ha instado a todos los catalanes a que vayan a votar.
“Os pido solidaridad con nuestros compañeros detenidos”, ha proclamado también desde la tribuna el portavoz de ERC, Joan Tardá, que ha pedido libertad para los altos cargos arrestados, a los que ha ido citando uno a uno por sus nombres y apellidos.
Le ha contestado desde las filas del PP el diputado Alberto Martín-Toledano, que ha acusado a los nacionalistas de apoyar “un golpe de Estado” en Cataluña y ha expresado su apoyo a todos los concejales que están respetando la ley, así como a las fuerzas y cuerpos de seguridad, a los jueces y a los fiscales.
Terminado el pleno, todos los partidos nacionalistas del Congreso, junto a Unidos Podemos y sus confluencias, han escenificado con una comparecencia conjunta su rechazo a la operación de la Guardia Civil contra el referéndum.
Entre ellos, estaban el secretario general y la portavoz parlamentaria de Unidos Podemos, Pablo Iglesias e Irene Montero, respectivamente; y los portavoces del PNV, Aitor Esteban; Compromís, Joan Baldoví; ERC, Joan Tardá; IU, Alberto Garzón; PDeCAT, Carles Campuzano, y Bildu, María Beitialarrangoitia.
Todos ellos han exigido la libertad inmediata para los detenidos por participar supuestamente en el operativo del 1 de octubre y han denunciado la “degradación” de los derechos fundamentales.
Iglesias ha avisado de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, “no está a la altura del cargo” para afrontar el conflicto catalán y ha calificado de “irresponsable” su actitud al ofrecer solo “represión” a lo que es un problema político.
“No tiene horizonte, ¿cuál es el proyecto?, ¿qué es lo que va a plantear el presidente a la ciudadanía catalana?, ¿qué es lo que va a plantear para defender la democracia española?”, se ha preguntado.
La respuesta ha llegado desde el PP y también de Ciudadanos.
El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, ha hecho un llamamiento a la “calma”, pese a la estrategia de agitación en la calle por parte de los independentistas, y ha garantizado que los “derechos civiles” no están “intervenidos”.
“Deseamos que no haya más tensión. Ayer los jueces actuaron dentro de la ley con proporcionalidad. Hacemos un llamamiento a la calma y a la tranquilidad. El Estado de Derecho siempre triunfa, nadie está por encima de la ley”, ha asegurado en los pasillos del Congreso.
Albert Rivera, de Ciudadanos, ha dicho que el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, es el único que “puede parar esta locura” pero, si no lo hace -ha advertido-, la culpa de la violencia, amenazas y coacciones que se produzcan será “exclusivamente” suya.
Fuera de la Cámara, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, ha pedido a Puigdemont que desconvoque ya el referéndum del 1 de octubre, “cuanto antes mejor”, y que, “de forma inmediata”, se pueda garantizar la apertura de un espacio de diálogo político, mientras que la diputada Meritxell Batet ha lamentado que se viva “el fracaso de la política”.
Para Batet, hace tiempo que se camina hacia “una vía incorrecta que lleva al abismo”, de la cual ha hecho responsable tanto al gobierno catalán como al Ejecutivo central.