El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha conversado hoy unos pocos minutos cara a cara con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (BComú), y la de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín (PSC), quien le ha pedido que “deje tranquilos a los alcaldes”, en alusión al referéndum del 1 de octubre.
Tras la ofrenda floral del presidente al monumento de Rafael Casanova, en Barcelona, junto a los consellers de su Govern, Puigdemont ha coincidido a pie de calle a pocos metros del monumento con las alcaldesas de las dos principales ciudades catalanas.
Una charla de cerca de dos minutos en tono aparentemente distendido, pero en el que a pesar de las sonrisas de los tres dirigentes, la alcaldesa socialista de L’Hospitalet ha advertido personalmente al president sobre el 1-0, después de que su consistorio haya rechazado ceder espacios municipales para el referéndum.
En esa conversación, Marín ha avisado al presidente catalán de que “deje tranquilos a los alcaldes”, según ha confirmado a Efe la propia alcaldesa posteriormente.
En un acto organizado esta semana por la Asamblea Nacional Catalana (ANC), el president Puigdemont emplazó a los asistentes al acto, lleno de banderas independentistas, a presionar a sus representantes municipales y decirles: “Mírame a los ojos y dime, ‘¿me dejarás votar o impedirás que vote?'”.
Además, tras la aprobación de la ley del Referéndum y la convocatoria del 1-O, Puigdemont, envió una misiva a todos los municipios catalanes dando un plazo de 48 horas para confirmar la disponibilidad de los espacios que se usan habitualmente como colegios electorales para el referéndum del 1 de octubre.