Una auditoría del RACC sobre la calidad de 249 radares situados en la red viaria de Cataluña señala que un 40 % de ellos presenta deficiencias de señalización y solamente el 32 % cumple con la opción más recomendable de integrar dentro de la señal de aviso la velocidad de circulación.
El presidente del RACC, Josep Mateu, y el director de la fundación RACC, Lluís Puerto, han presentado hoy el nuevo estudio elaborado por la entidad, que recoge, entre otras cosas, las deficiencias en la señalización de los radares, la localización de éstos y la necesidad de redistribuirlos, así como la petición para crear una normativa o guía que recoja los códigos de señalización en las carreteras catalanas.
El estudio señala el exceso de velocidad como primera infracción viaria en España y cuarta causa de accidente en Cataluña, y ha analizado concretamente los radares fijos o de tramo, incluyendo el 30 % de dispositivos vacíos o “disuasorios”, sin tener en cuenta los móviles.
El director de la fundación ha explicado que solamente un 32 % de las señales de radar incluyen también un aviso de velocidad, una cifra que “debería ser del 100 %”, mientras que el 65 % de éstas avisan de la existencia del radar, pero no recuerdan al conductor a qué velocidad debe circular, una opción no recomendable según el RACC.
Puerto también ha indicado que son “aceptables”, aunque no ideales, aquellos avisos, un 28 % del total, que van seguidos de una señal de velocidad poca distancia después.
El resto de situaciones, que incluyen un 11 % de radares separados del aviso de velocidad por más de 3.000 metros, 10 radares (el 4 %) no señalizados y otro 25 % en el que se avisa de la velocidad antes del radar, significan un total del 40 % de señalizaciones “inaceptables”, que necesitan ser revisadas.
La auditoría también ha determinado que un 38 % de los radares están demasiado lejos o cerca de sus avisos pertinentes, fuera de la distancia óptima de entre 500 y 1.250 metros que establece el RACC, que solamente cumplen el restante 62 %.
En concreto, hay un 17 % de los avisos que están demasiado cerca del dispositivo, lo que puede implicar una disminución repentina de la velocidad, y en consecuencia frenazos o choques entre vehículos.
El resto de radares que presentan una distancia inadecuada respecto sus avisos, un 20 %, están demasiado lejos, por lo que cuando el conductor ve la señal de aviso “ya no recuerda el límite de velocidad”, ha explicado Puerto.
El estudio del RACC también ha analizado la situación de los radares en las carreteras según el riesgo de accidente que estas presentan y ha detectado “una correlación entre muertos y heridos graves y la localización de los radares”, concretamente un 58 % que se encuentran en las vías de bajo riesgo y un 3 % en las vías más peligrosas.
El director de la fundación ha explicado que una de las soluciones que plantea el RACC a la Administración es la de “estudiar el traspaso de radares de vías de bajo riesgo a las que presentan un riesgo elevado”, ya que las que conllevan menos accidentalidad “están sobrerrepresentadas”, aunque ha apuntado que no todas las vías con más accidentes lo son a causa del exceso de velocidad.
Lluís Puerto también ha emitido una petición, en nombre del RACC, para establecer un criterio único de señalización de radares en las carreteras catalanas en forma de guía que regule su situación, ya que la única normativa vigente es la que contemplan las carreteras del Estado, solamente “entre 2.000 y 2.500 kilómetros de los 12.000” que hay en Cataluña.
Puerto ha explicado que la única ley a la que puede recurrir el RACC en sus reclamaciones es la de cámaras de vigilancia en lugares públicos, lo que supone un problema porque “no está pensada para los radares”.
Otro de los datos atípicos que ha detectado la auditoría es el de 14 radares que imponen un número “desproporcionadamente alto” de multas, en concreto 8 por cada 1.000 conductores, por lo que el RACC ha considerado necesario estudiar nuevas medidas para reducir la velocidad de otra manera en estos tramos.
El estudio también ha comparado la situación de los radares en Cataluña con la de otros países europeos, y ha señalado como referencias en seguridad vial a los Países Bajos y el Reino Unido.