El mes de junio ya ha registrado siete días “extremadamente cálidos”, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMet), que ha augurado unos meses de julio, agosto y septiembre con temperaturas más altas de lo normal, aunque no se puede prever si será el más caluroso de los últimos años.
Según datos de la AEMet, presentados hoy en una rueda de prensa por el delegado de la Agencia en Cataluña, Antonio Conesa, las temperaturas “inusualmente altas” se intensificarán en los próximos diez días y tocarán techo entre el viernes y el domingo, con valores máximos entre los 30 y 33 grados en el litoral, 36 y 39 grados en el interior y la posibilidad de alcanzar los 40 en zonas de Lleida.
Conesa ha explicado que el próximo día 23, verbena de San Juan, se espera una noche “sin precipitaciones y con temperaturas muy cálidas” en toda Cataluña, y que los termómetros “podrían no bajar” de los 24 grados de mínima en zonas del litoral y del nordeste.
El delegado de la AEMet ha afirmado que tanto las temperaturas como las precipitaciones registradas durante la primavera están en línea con las consecuencias del cambio climático que se predicen, que son temperaturas más cálidas, un verano que se alarga por el principio y el final, y más irregularidad en las lluvias.
Respecto al verano, que ha empezado hoy, la AEMet considera que hay una “mayor probabilidad” de que la temperatura se sitúe en la franja superior de los valores registrados en los últimos 30 años, aunque no se puede prever si registrará temperaturas históricas, mientras que las precipitaciones se darán “de forma normal” y ajustadas a las que corresponden climatológicamente.
La primavera de 2017 también ha registrado siete días “extremadamente cálidos” y 20 “muy cálidos”, una estadística “bastante extraordinaria”, según ha comentado Conesa.
Un día “extremadamente cálido” es el que se sitúa por encima del valor máximo registrado para ese mismo día en el período de referencia, entre 1981 y 2010, mientras que uno “muy cálido” significa que se encuentra entre los valores más altos, aunque Conesa ha alertado de que es una estadística “algo engañosa”, puesto que no muestra un valor medio del mes.
La primavera de 2017 ha sido la cuarta más calurosa desde 1940, con una temperatura media de 13,1 grados, un valor superior en 1,4 grados a la media calculada entre 1980 y 2010, y el registro más alto se ha dado en Obs de Lleida (Lleida), con 35,6 grados el 25 de mayo.
Conesa ha destacado que, mientras que las temperaturas máximas de esta primavera se han situado significativamente por encima de la media, las temperaturas mínimas no se han diferenciado tanto.
Al contrario que las temperaturas, la precipitación media, que ha sido de 165 mm, se ha situado en valores normales de promedio, aunque ha sido una primavera muy “irregular”, según Conesa, puesto que el mes de marzo ha sido muy húmedo (96 mm de lluvia de media) mientras que abril y mayo han sido secos (36 y 33 mm respectivamente).
El episodio de precipitación de los días 24 y 25 de marzo, y el récord de lluvia de la primavera se registró precisamente el día 24 en Alforja (Tarragona), que acumuló 137 mm de precipitaciones.
Conesa ha considerado que “las estaciones están un poco cambiadas”, puesto que abril, el mes que solía ser más lluvioso, ha sido seco, y en cambio el mes húmedo se ha adelantado a marzo.
Los datos de la AEMet también han mostrado que la situación de Cataluña ha sido bastante equiparable al resto del litoral mediterráneo español, sobre todo en lo que respecta a precipitaciones.