El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha advertido hoy al PDeCAT de que el referéndum soberanista no se puede celebrar en el marco de la Constitución porque sería “retorcer” la ley, y ha considerado que “ni siquiera el señor Tarradellas hubiera hecho eso”.
Ha sido en la sesión de control al Gobierno del pleno del Congreso, en contestación al portavoz del PDeCAT, Carles Campuzano, que le ha preguntado qué respuesta tiene previsto dar “a la demanda de la sociedad catalana de decidir el futuro político de Cataluña con un referéndum”.
“Cataluña se siente nación. Cataluña ejercerá su derecho a decidir, más tarde o más temprano. Hay cosas que no pueden evitarse”, ha subrayado Campuzano, que ha invitado a Rajoy a “abandonar toda esperanza de impedir el referéndum” a través del conflicto competencial y el código penal y a sentarse a dialogar.
A juicio de Campuzano, lo que se necesita es “voluntad política y audacia”, como la que tuvo -ha apostillado- Adolfo Suárez hace 40 años pactando el regreso del presidente Josep Tarradellas y restaurando la Generalitat republicana antes de la aprobación de la Constitución y sin un marco legal específico que lo amparase.
Rajoy, por su parte, le ha reprochado que apelara al principio democrático de un hipotético referéndum intentando disociarlo de la ley, “algo que no es admisible”, ha avisado, porque lo más importante en una democracia es que todos están sujetos “al imperio ley”.
“Y no debiera apostar por retorcer la ley”, ha agregado Rajoy, antes de pedirle que no utilizara como argumento la figura de Suárez, que “jamás hubiera liquidado la soberanía nacional y jamás hubiera ido en contra de la unidad nacional”. “Y ni siquiera el señor Tarradellas hubiera hecho eso”, ha recalcado.
Rajoy ha señalado además que los soberanistas que han “organizado este planteamiento” han dejado muy poco margen, ya que sólo tienen voluntad para hablar de que el referéndum “se tiene que celebrar sí o sí”.
El presidente del Gobierno ha apostado, “como la inmensa mayoría de los españoles”, por seguir viviendo “juntos todos como siempre”, convencido de que es “lo mejor para todos”, y ha argumentado que así se decidió cuando se aprobó la Constitución, cuando, entre otras cosas, se afirmó la unidad de la nación española y la soberanía nacional.
Por eso, ha insistido en que es el conjunto de los españoles el que tiene que decidir sobre lo que quiere que sea su país, antes de apuntar al PDeCAT que si ellos, que también votaron esa Constitución, cambian de opinión, “están en su derecho”, pero la vía es proponer una reforma de la Carta Magna y sacarla adelante, para estar en una situación distinta.
Lo que a Rajoy no le parece “muy razonable” es que para “satisfacer” sus pretensiones el Gobierno se salte la ley. “Cosa que evidentemente -ha añadido- no lo puedo hacer, porque además no creo en ello y en ningún caso lo haría por una causa tan profundamente injusta como es ésta”.
“Nadie en el mundo tomaría una decisión de esa características”, ha advertido, si bien ha precisado que, aunque la tomara, “sería igual” porque la decisión en cualquier caso corresponde al Congreso y luego al pueblo español.
Durante su intervención, Carles Campuzano ha rebatido sus palabras y ha esgrimido el “principio democrático sobre el que se sustenta el ordenamiento político” o las opiniones de distintos constitucionalistas, como Francisco Rubio Llorente, que dijo que sí era posible un referéndum.
También ha argumentado Campuzano que no es sólo la demanda de los partidos soberanistas, sino que es una petición de la inmensa mayoría de la sociedad catalana.