Los Mossos d’Esquadra han detenido a cuatro presuntos miembros de una banda a la que achacan la comisión de una treintena de robos en domicilios de Cataluña y Aragón a los que se desplazaban con coches alquilados que previamente bendecían, en su creencia de que eso les daría suerte en sus fechorías.
Según ha informado la policía catalana, los cuatro detenidos, tres hombres de origen chileno y una mujer española nacida en ese país sudamericano, ingresaron en prisión el pasado día 22 de abril por orden de un juzgado de Solsona (Lleida).
El grupo tenía un alto nivel de especialización y sus miembros se desplazaban desde sus domicilios de Barcelona a localidades de toda Cataluña y de Aragón por vías secundarias para cometer los robos en las casas, situadas siempre en calles poco transitadas, en urbanizaciones solitarias y en poblaciones pequeñas.
Los cuatro detenidos iban muy bien vestidos y cuidaban mucho su imagen para no levantar sospechas entre los vecinos y utilizaban siempre vehículos de alquiler para desplazarse hasta los domicilios que robaban.
Los Mossos han comprobado que en dos meses la banda se gastó más de 3.500 euros en el alquiler de vehículos, que cambiaban semanalmente y que cada vez ponían a nombre de miembros diferentes del grupo, para no levantar sospechas.
Al parecer, uno de los miembros de la banda bendecía los coches antes de utilizarlos para cometer los robos, ya que creía que eso les daría suerte.
La investigación se inició el pasado 21 de marzo, tras un robo cometido en un domicilio de la urbanización del Pi de Sant Just, de Solsona, y el 6 de abril los Mossos detuvieron a uno de los integrantes del grupo después de que cometiera un robo en una casa de Sant Hipólit de Voltregà (Barcelona).
Los tres miembros restantes de la banda fueron detenidos el 19 de abril en el peaje de la autopista AP7 de La Roca del Vallès (Barcelona), cuando regresaban de robar un domicilio en L’Espolla (Girona).
En los registros de sus domicilios en Barcelona los Mossos encontraron objetos presuntamente procedentes de los robos, entre ellos joyas, perfumes y 150 bolsas con marihuana preparadas para su venta.
Algunos de los objetos encontrados en los registros estaban ya empaquetados para ser enviados a Chile, donde mandaban buena parte de los botines que conseguían.
La banda también daba salida a los productos robados vendiéndolos a terceros o en tiendas de segunda mano.
Los Mossos sospechan que el grupo operaba en España desde hacía unos tres meses y que la única mujer detenida, que residía en Barcelona, les ofrecía la infraestructura necesaria para operar.
Los investigadores les achacan robos cometidos en Fraga (Huesca); Solsona; Avinyò; Cervera; Balaguer; Espolla, Sant Hipòlit de Voltregà; Sant Jaume de Llierca; Linyola; Butsenit; Vilafranca del Penedès; Quart; Cervià de Ter; Bordils; Olesa de Bonesvalls; La Ràpita; Cubells, Moreres; Navàs; Despujol; Oms; Tremp; Piera; Sant Fruitós de Bages; Vallfogona de Balaguer; Isona; Tornabous y Alcover.