La rotura de las tuberías de abastecimiento de combustible a buques que se produjo anoche en el puerto de Las Palmas al embestir un ferry contra uno de los muelles ha provocado una mancha de más de 3 kilómetros de extensión.
Ello obligó a declarar formalmente en emergencia por riesgo de contaminación marina a las ciudades de Las Palmas de Gran Canaria y Telde, en las que residen casi medio millón de personas, en conjunto.
Según ha informado el Gobierno canario, en un principio, el vertido motivó que se activase el Plan Marítimo Nacional, pero en este momento el nombre nivel de la emergencia se ha rebajado a escala insular y su coordinación corresponde, por lo tanto, al Cabildo de Gran Canaria.
Durante la madrugada se ha constituido un comité de seguimiento que ya ha tomado algunas decisiones, como paralizar la desalnizadora de agua de la capital grancanaria, por precaución, lo que ha dejado por el momento sin suministro al barrio de Jinámar.
El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, está siguiendo la situación en contacto con los miembros de ese comité, que volverá a reunirse a lo largo de la mañana.