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Carrefour reabre el debate sobre el panga tras suspender su venta en Bélgica

La cadena de distribución Carrefour ha reabierto el debate europeo sobre el panga, después de que su división belga anunciara que dejará de vender por motivos ambientales este pescado, comprado generalmente de Asia, y que tiene a España como principal importador de la Unión Europea (UE).

Carrefour -considerado el grupo de distribución más importante de Europa por volumen de ventas- ha devuelto el panga al centro del debate público en este caso, no por dudas relacionadas con la seguridad alimentaria, sino por “razones ecológicas”.

“Dadas las dudas que existen sobre el adverso impacto de las granjas de panga en el medio ambiente, hemos decidido dejar de vender este pescado y ya se han suspendido los pedidos”, anunció la división belga de la firma a principios de esta semana.

La cadena de origen francés explicó que mientras la calidad del panga puesto a la venta era “impecable”, había dudas sobre los mecanismos de control de las granjas donde se cultiva -la mayoría localizadas en Vietnam- para evitar que los residuos contaminen sus aguas.

En España, acuicultores y ecologistas han apoyado que las empresas se preocupen por la sostenibilidad a la hora de elegir qué pescado venden.

España, deficitaria en el comercio de productos pesqueros, es el país de la UE que más panga importó en 2015, aunque su entrada disminuyó respecto al año anterior, según datos de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Casi todos los proveedores son de Asia, con Vietnam a la cabeza, seguido de Indonesia, Tailandia, Bangladesh y Birmania.

Las importaciones españolas de panga procedente de Vietnam alcanzaron 23.179 toneladas en 2015 y un valor de 47,6 millones de euros, según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.

El gerente de la Asociación Empresarial de Productores de Cultivos Marinos (Apromar), Javier Ojeda, ha declarado a Efe que la decisión de la cadena de distribución es “normal”, además de mostrar su comprensión por que se preocupe por criterios de “sostenibilidad ambiental y social”.

Ojeda ha recalcado que la decisión de las multinacionales no responde, ni debe suscitar alarma sobre seguridad alimentaria, “ya que el pescado que se vende en la UE es seguro”.

Sin embargo, ha añadido, la distribución se preocupa porque es “flagrante” el daño que causa la cría de esa especie al medio ambiente en el país asiático, si bien no ha querido opinar sobre si en España deberían producirse retiradas similares.

El panga compite desde hace años con pescados nacionales, también por su precio, y Apromar menciona específicamente la competencia con la trucha española.

El responsable del Programa Marino de WWF en España, José Luis García Varas, ha dicho a Efe que su organización recomienda a los consumidores panga con el certificado “ASC”, que acredita que un pescado de acuicultura se ha criado de forma respetuosa con el medio ambiente.

WWF considera que el sello ASC acredita que la especie ha seguido un proceso de evaluación que da garantías, según García Varas, quien ha añadido que incluso dentro de la producción vietnamita un 20 % cuenta con esa trazabilidad. En España es posible encontrar panga con ese certificado.

Greenpeace no incluye al “panga” en su lista roja de especies pesqueras, pero en varios informes ha resaltado el impacto de su cría sobre la biodiversidad en Vietnam, problemas de contaminación del río Mekong o “deforestación” para establecer granjas.

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