El exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón considera que “si hubiera dignidad” en el Gobierno y en su presidente, Mariano Rajoy, habría cesado “inmediatamente” como embajador en el Reino Unido a Federico Trillo tras el informe del Consejo de Estado sobre el accidente del YAK-42.
En un acto en Vilagarcía de Arousa de homenaje al juez represaliado y asesinado en 1936 Luis Pando, Baltasar Garzón ha entendido como “un hecho elemental” la destitución inmediata de Trillo, al que ha atacado por no tener “la dignidad de dimitir y de pedir perdón”.
También ha censurado que Mariano Rajoy, “con un informe del Consejo de Estado de hace meses, diga que no sabe nada”, lo que interpreta como “una indiferencia absoluta hacia las víctimas y un desconocimiento grave de quien nos dirige”.
Cree el exmagistrado que una petición de perdón a las víctimas “expresa, sin ambages, es lo mínimo que se exige para una reparación simbólica”, y ha conjeturado con cuál va a ser “el recorrido” de la gestión del asunto por parte de la actual ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal.
Ha lamentado que las víctimas del accidente aéreo hayan tenido que esperar trece años por la resolución del Consejo de Estado, y aún así, “todavía hay algunos que se dedican a decir que el ponente de la resolución fue Fernando Ledesma”.
“Este país es tremendo, corrosivo a veces”, ha proclamado Garzón, quien no entiende por qué “siempre se categoriza a las víctimas. Tenemos un grave problema en ese sentido”, ha dicho.
Ha recalcado que ha estado “en muchos países con hechos graves de persecución, dictaduras, con miles de víctimas”, y no ha visto “una discriminación de víctimas tan tremenda como en España”, donde a “decenas de miles ni se les reconoce la condición de víctima”.
Baltasar Garzón ha tachado de “indigna” la actitud de quien era ministro de Defensa cuando el accidente del YAK-42, Federico Trillo, porque “no reconoce siquiera el derecho de las víctimas a ser víctimas”.
Ha descrito como un “circo tremendo, doloroso, infame”, la gestión del accidente aéreo, en el que “sistemáticamente se ampararon los que tenían la responsabilidad política en la falta de responsabilidades penales”.
Garzón ha hecho hincapié en “la responsabilidad política de quien dirige un departamento, de quien va vestido de un traje impoluto a un monte de Turquía donde había nada más que destrucción y restos de seres humanos sin identificar”.
Puesto en el lugar de Trillo, cree que “cuando un padre dice que abre el féretro por fin después de un calvario y se encuentra con tres piernas del cuerpo de su hijo” él se habría “metido debajo de la tierra y no habría salido más”.