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Barcelona dice adiós a los delfines y apuesta por un nuevo modelo de Zoo

Barcelona en Comú, PSC, ERC y la CUP han acordado hoy renunciar a tener delfines en la ciudad de Barcelona y han apostado por no construir un nuevo delfinario, por lo que buscarán un nuevo destino para los seis ejemplares que el zoo de Barcelona posee.
Los mínimos marcados por la Asociación Europea para los Mamíferos Acuáticos (EAAM, por sus siglas en inglés) obligaban al Ayuntamiento a construir un nuevo delfinario, que tendría un coste de unos diez millones, si quería continuar exponiendo a los animales en su zoo.
Barcelona, que cuenta con delfines desde hace más de 45 años, tendrá que buscar una nueva ubicación a los seis delfines, dos de los cuales se encuentran desde septiembre en el parque acuático Oceanográfico de Valencia, y ya tiene seis propuestas encima de la mesa.
La teniente de Alcaldía y concejal de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, ha explicado en una rueda de prensa conjunta con concejales de PSC, ERC y la CUP que seguir contando con delfines “no tiene sentido” en el nuevo modelo de zoo por el que apuestan: educativo, centrado en especies en peligro de extinción o amenazadas, de la misma franja climática, en la divulgación científica y que maximice el bienestar de los animales.
“Sabemos que el actual delfinario no cumplía los niveles mínimos para garantizar unas condiciones de bienestar”, ha explicado Sanz, que ha recordado que las condiciones de la piscina causan enfermedades a los mamíferos.
El concejal socialista Daniel Mòdol ha admitido que ha sido “una decisión difícil que se tenía que tomar”, pero ha calificado la iniciativa de “correcta, oportuna y de consenso”.
El portavoz del grupo municipal de CiU, Joaquim Forn, ha lamentado la decisión porque es “el primer paso hacia el desmantelamiento del zoo”, aunque ha dejado claro que su grupo está a favor del traslado de los delfines si ello les garantiza unas mejores condiciones de vida.
Forn ha cargado contra el gobierno local por no cumplir el Plan Estratégico 2012-2020 del zoo de Barcelona que se aprobó bajo el mandato del anterior alcalde, Xavier Trias, con un “gran consenso” y que contempla actuaciones diversas, como la ampliación de la sabana de las jirafas, la ampliación del recinto de los hipopótamos o la mejora de los dormitorios de los osos.
Según CiU, Ada Colau está decidiendo unilateralmente no cumplir con las inversiones previstas del zoo, al tiempo que no ofrece ningún modelo alternativo, algo que califican de “política errática”.
En la misma línea, el regidor del PP Javier Mulleras ha manifestado que “Colau quiere dejar el zoo tocado y hundido cerrando el delfinado” y ha recordado que el zoológico es “un símbolo para Barcelona, con casi 125 años de historia que han permitido a muchas generaciones de barceloneses disfrutar y amar a los animales”.
Por su parte, el portavoz del grupo municipal de ERC, Jordi Coronas, ha declarado que “Barcelona da un paso adelante en políticas animalistas” y que “de la misma forma que se han racionalizado los circos, ahora es el momento del zoo”.
Coronas, que ha agradecido el trabajo realizado en el grupo de trabajo dedicado a resolver el futuro del zoo de Barcelona, ha afirmado que, aunque ahora el pacto solo está suscrito por cuatro partidos, espera que otras formaciones se incorporen a él más adelante.
La presidenta del grupo municipal de la CUP Capgirem Barcelona, María José Lecha, ha defendido que la decisión no debe provocar “ninguna nostalgia” porque es “un paso más en el bienestar de los animales” y ha urgido a emprender un “cambio radical” en el modelo de zoo.
En el acuerdo suscrito, los grupos admiten que la obra del nuevo delfinario “hubiese supuesto durante muchos meses un volumen de ruidos muy altos e importantes movimientos de tierras y de camiones, que habrían comportado un impacto negativo” sobre los animales del zoo.
El consistorio tiene como fecha límite para buscar un nuevo hogar a los delfines el 31 de diciembre de 2018, aunque la concejal Janet Sanz ha explicado que intentarán que el proceso sea lo más rápido para evitar el sufrimiento de los animales.
Los técnicos y expertos del Ayuntamiento visitarán ahora los centros que se han ofrecido a acoger a estos ejemplares y los evaluarán en función a criterios de bienestar y sostenibilidad.
Hasta que los delfines no marchen, los visitantes del zoológico de Barcelona podrán seguir viéndolos, aunque desde hace cerca de dos años los mamíferos no ofrecen espectáculos acuáticos.
La entidad animalista Fundació per l’Assessorament i Acció en Defensa dels Animals (FAADA), que puso en marcha la acción #AdiósDelfinario y que recogió 35.000 firmas, ha celebrado la decisión porque, tal como han asegurado en un comunicado, “es imposible que los cetáceos mantengan una vida digna en cautividad”.

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