Las Fallas de Valencia se convirtieron hoy en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, un reconocimiento global con el que la Unesco quiere proteger los singulares oficios tradicionales de una de las fiestas más internacionales de España.
El Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio de la Unesco, reunido en Adis Abeba, decidió finalmente incluir las Fallas en su lista de bienes inmateriales al considerarlas una expresión de “creatividad colectiva” que “salvaguarda las artes y oficios tradicionales”.
Cada año, entre el 14 y el 19 de marzo, los monumentos falleros, creados a partir estructuras internas de madera recubiertas por cartón o corcho, inundan las calles y plazas de las ciudades de la provincia de Valencia, con su máxima expresión en la capital, para convertirlas en museos de arte efímero.
La Unesco valoró el carácter satírico de los “ninots”, las figuras satíricas que dan forma a las Fallas y construyen su mensaje, propiciando “la comunicación y el diálogo entre los ciudadanos”.
Detrás de estos monumentos, algunos de ellos de decenas de metros de altura, se esconde el trabajo artesanal diario de los artistas locales, un oficio que la Unesco considera como una “necesidad social” que debe ser protegida y conservada.
La fiesta culmina el 19 de marzo, cuando el fuego reduce estas esculturas a cenizas como símbolo de la purificación y renovación social para dar la bienvenida a la primavera.
Los desfiles de las bandas de música, los espectáculos pirotécnicos, las ofrendas florales y los eventos culinarios, que se celebran desde meses antes de la semana oficial festiva, también han sido decisivos en la decisión.
Según la Unesco, las Fallas, transmitidas en el seno de las familias, refuerzan la cohesión social y favorecen la creatividad colectiva de las comunidades.
“Se basan en principios fundamentales como la libertad de participación y la igualdad”, subraya el organismo, que las destaca como un ejemplo de “igualdad de genero”.
La resolución añade que esta fiesta ha permitido preservar la lengua valenciana, especialmente en el pasado, cuando fue perseguida e incluso prohibida.
El camino para obtener el título de Patrimonio Inmaterial ha durado más de cinco años, en los que las Fallas han tenido que superar, con el apoyo de multitud de sectores e instituciones, las protestas de colectivos, como el antitaurino, y de entidades vecinales que se oponen a su celebración.
Una de las principales impulsoras de su candidatura fue la exalcaldesa de Valencia y senadora Rita Barberá, fallecida de forma repentina por un ataque al corazón hace una semana y cuya figura ha quedado vinculada al mundo fallero tras gobernar la ciudad durante 24 años.
“Somos conscientes de la gran responsabilidad que supone compartir con la humanidad, el compromiso de velar por la preservación de todos estos elementos”, afirmó el concejal de Cultura Festiva de Valencia, Pere Fuset, ante el Comité reunido en Etiopía.
“Este reconocimiento es un gran estímulo para buscar la excelencia y la mejora constante en todos los valores que abarca nuestra fiesta”, añadió.
El Ayuntamiento plantará una falla en Valencia para que miles de personas puedan salir a la calle y festejar este logro que dará aún más visibilidad a este cita popular.
Por otra parte, el Comité de evaluación, formado por representantes de 24 países firmantes de la Convención de la Unesco, también decidió incluir en la lista de bienes protegidos a la rumba cubana, el merengue dominicano y a la cerveza belga, entre otros.
Sobre la rumba, surgida en las barriadas urbanas pobres de Cuba, destacó su valor como “expresión de autoestima y resistencia” que contribuye a la formación de la identidad nacional.
La delegación de Cuba dedicó este reconocimiento de la cultura y la identidad cubana a Fidel Castro, líder histórico de la Revolución fallecido el pasado día 25, a los 90 años de edad.