El absentismo laboral se ha disparado en lo que va de año y ha superado los niveles previos a la crisis, una situación que conlleva un coste directo de unos 8.000 millones de euros a las empresas españolas, según datos de la mutua Asepeyo a los que ha tenido acceso Efe.
Las bajas por contingencia común aumentaron hasta septiembre un 10,6 % interanual, con cerca de 376.000 casos de incapacidad temporal por accidente o enfermedad no profesional, generando un déficit entre los gastos y los ingresos procedentes de las cuotas para cubrir estas eventualidades, una situación inédita en la historia de Asepeyo y extrapolable al resto del sector.
Esta evolución al alza del absentismo se da con más fuerza en el régimen general, aunque también ha crecido en el de autónomos, si bien este colectivo aún recauda más de lo que se gasta en contingencias comunes.
Según sus datos, los 8.000 millones de euros de costes directos provienen de las prestaciones de la Seguridad Social que cobra el trabajador de baja por contingencias comunes y del complemento salarial que abona la empresa, en el caso de que así lo contemple su convenio colectivo.
Además hay un coste indirecto (de hasta cuatro veces superior que el importe directo), que recoge el coste de la reposición del trabajador de baja y la formación de su sustituto, así como otros gastos asociados a la ineficiencia derivada de esta situación.
En declaraciones a Efe, el subdirector general de Asepeyo, Ricardo Alfaro, asegura que “el acelerado repunte” del absentismo por contingencia común no sólo es achacable al incremento del número de trabajadores derivado de la recuperación económica, sino que también responde a una falta de concienciación por parte de trabajador y empresa.
“No se trata de prejuzgar al trabajador”, dice Alfaro, que incide en que en la mayoría de los casos el problema está en la prolongación innecesaria de muchas bajas por las dilaciones entre consultas en los servicios públicos de salud.
De acuerdo con los datos de Asepeyo, recogidos de 2 millones de empleados de 220.000 empresas, sólo el 17,49 % de los trabajadores se cogen alguna baja por contingencia común a lo largo del año, si bien hay un 5,59 % que reincide con más de tres procesos anuales, acaparando el 15,79 % de las bajas.
El 68 % de las bajas tiene una duración inferior a 16 días, siendo las de menor duración (de 0 a 3 días) las que más crecen, un 20,5 % más que el año anterior.
En este sentido, Alfaro explica que las mutuas no reciben la información de las bajas hasta el cuarto o quinto día, por lo que no pueden contactar con los trabajadores para averiguar el motivo de la incapacidad.
Respecto al diagnóstico, las patologías que acumulan más casos son las de columna lumbar (13 %), las psiquiátricas (11 %) y las gripes (7 %), mientras que por la duración media, las de menos días son las gripes (6,22 días) e infecciones (14) y, en el otro extremo, las afecciones oncológicas (88 días) y las cardiacas (61).
Con respecto a los días de la semana en que se producen, el estudio revela que el 28 % de las bajas se dan los lunes y el 20 % los martes, en tanto que según la antigüedad, el 58 % se da entre trabajadores con menos de tres años en la empresa.
Los datos apuntan a que los sectores de actividad con mayor incidencia (número de casos) y absentismo (días de baja) son los de servicios auxiliares y de recogida de residuos y saneamiento, y los que menor tienen son los sectores de información y comunicaciones y las actividades profesionales y científicas.
Además, Asepeyo ha realizado una encuesta entre directivos y responsables de recursos humanos de las empresas asociadas, de la que se desprende que el 70 % de las compañías no tiene implantado un plan de gestión del absentismo y carece de un modelo de diagnóstico específico de las ausencias o asistencias.
Pese a que las empresas reconocen que se trata de un problema importante, más de la mitad ni siquiera tiene definido qué es absentismo.