El artista Jaume Plensa ha cedido hoy a la ciudad de Barcelona, en depósito gratuito y temporal por un período de ocho años renovable, la escultura “Carmela”, ubicada en el exterior del Palau de la Música Catalana, después de la gran acogida de público que ha tenido.
Plensa y el Ayuntamiento han firmado un acuerdo, según el cual el consistorio será el depositario de “Carmela”, que representa un enorme rostro de una niña, y se hará “plenamente” responsable y responderá de cualquier daño que se pudiera producir en la obra.
La escultura forma parte de una exposición temporal que el Palau de la Música presentó el pasado mes de abril con trabajos de Plensa, colocados en diferentes espacios del edificio modernista.
“Carmela”, una pieza de hierro fundido y 4,5 metros de altura, se instaló en el exterior del inmueble, en una esquina del Petit Palau y, desde el primer día, tuvo una gran acogida entre la ciudadanía, hasta el punto de que hubo muchas personas que se dirigieron al Ayuntamiento para que se quedara en este emplazamiento.
También se inició, de forma espontánea, una campaña a través de redes sociales y medios de comunicación con el mismo objetivo, que la escultura se quedara en Barcelona.
Emocionado, el escultor, uno de los más relevantes del panorama artístico internacional, ha dicho estar viviendo un “día mágico” y ha rememorado que la exposición de la pieza en la calle era temporal pero, ante la demanda popular de que permaneciera en Barcelona, ha decidido cederla a la ciudad.
Fue él mismo quien pidió a los responsables del Palau que la colocaran en la esquina donde se encuentra y, durante estos meses, para él ha sido “muy emotivo que la gente tuviera ganas de que se quedara”.
También ha avanzado que debía enviarla a una exposición organizada en los Estados Unidos en las próximas semanas, pero allí “ya han entendido” que no podrá ser.
Además, ha destacado que siente desde siempre un gran amor por la música. “La pieza -ha indicado- nació para una esquina del Palau y ahora continuará en diálogo con el edificio de Domènech i Montaner, cerrando un cruce un poco extraño”.
Finalmente, ha decidido cederla para el disfrute de una ciudadanía que “de forma tan cálida la ha querido abrazar”. “Espero que la disfruten”, ha concluido.
Respecto a la posibilidad de que haya otra gran escultura suya en otros lugares de Barcelona, Jaume Plensa se ha limitado a indicar que hoy toca “disfrutar de esto antes que hablar de otras cosas”.
Por su parte, el teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento, Jaume Collboni, ha considerado que esto “es una historia de amor que acaba bien”.