El Ayuntamiento de Barcelona ha retirado de la vía pública la escultura de La Victoria, instalada junto al Born en el marco de una exposición sobre el franquismo, después de que unos desconocidos derribaran anoche una estatua de Franco que había sufrido constantes actos vandálicos desde su instalación.
El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Gerardo Pisarello, ha lamentado hoy en rueda de prensa el derribo de la estatua de Franco, ha negado que los ataques a la escultura, que fue colocada el pasado día 17, estuviesen “entre los objetivos” de la muestra y ha dicho que el consistorio tomará una decisión “proporcional” contra los autores del derribo.
“Una cosa es lanzar un huevo y otra derribar una estatua”, ha señalado Pisarello, después de que el consistorio haya retirado los restos de la estatua ecuestre, que quedó partida en dos grandes trozos tras la acción de unos desconocidos, que anoche la zarandearon y derribaron.
El teniente de alcalde ha asegurado que el derribo de la estatua del dictador “no era una cosa prevista ni buscada” y que, a pesar de los actos vandálicos que había sufrido los días previos, “en ningún momento se pensó que hacía falta retirarla”.
Ha asegurado asimismo que la vigilancia de la estatua fue la habitual en exposiciones de estas características.
Pisarello ha asegurado que la estatua ecuestre de Franco no está en condiciones de seguir siendo expuesta, por lo que la presencia de la de La Victoria carece ahora de sentido.
El teniente de alcalde ha destacado que alrededor de las estatuas también “han pasado cosas dignas” los cuatro días que han estado expuestas, y ha anunciado que la documentación sobre lo sucedido en la plaza se incorporará a la exposición, que se mantendrá hasta el 8 de enero, como estaba previsto, y que ha calificado de “acierto” y de “éxito”.
En su opinión, las reacciones de rechazo a la presencia de la estatua ecuestre decapitada “se entienden” y “corroboran la necesidad de llevar a cabo esta exposición”, la primera sobre la impunidad del franquismo que se organiza en España, al tiempo que reflejan que “la transición mal hecha ha dejado muchas heridas abiertas”.
Aun así, Gerardo Pisarello ha reconocido que la vinculación entre las estatuas y la exposición “se podría haber hecho mejor”, para que se entendiese “de manera clara” que el sentido de su presencia era dar a conocer la muestra y propiciar la reflexión “sobre la tolerancia de los símbolos franquistas en el espacio público durante la democracia”.
En respuesta a las preguntas sobre si el ayuntamiento actuará contra quienes han cometido actos vandálicos sobre la estatua, que forma parte del patrimonio artístico de la ciudad, y contra quienes la derribaron anoche, Pisarello ha dicho que se tomará una posición “con proporcionalidad a las intervenciones”, cuando se conozcan los resultados de las diligencias informativas abiertas.
Entre los motivos de lo sucedido, el teniente de alcalde ha señalado la falta de acuerdo entre las fuerzas políticas claramente antifranquistas, que ha lamentado, y la falta de diálogo suficiente entre las diferentes entidades antifranquistas.
Además, Pisarello ha señalado que muchas de las actuaciones contra la presencia de la estatua de Franco tienen que ver con el rechazo al franquismo, pero también con el rechazo a un “gobierno heredero del franquismo que no ha condenado las actuaciones rechazables” de ese régimen.
“Se ha derribado una escultura, pero el problema de la impunidad del franquismo continúa, y en una democracia no se puede tolerar”, ha señalado el teniente de alcalde.
En declaraciones a los medios, todos los grupos de la oposición, excepto la CUP, han lamentado el derribo de la escultura, pero sólo el PP lo ha condenado, y CiU y PP han pedido la dimisión del comisionado de Memoria, Ricard Vinyes.