Seis de cada diez pacientes etiquetados como alérgicos a un fármaco en realidad no lo son, ya que se les ha diagnosticado sin el precedente estudio necesario.
Así lo revela un estudio piloto que ha presentado hoy la Unidad de Alergología del Hospital Universitario de Bellvitge de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona).
El doctor Lleonart, alergólogo de Bellvitge, ha explicado a Efe que el diagnóstico equivocado tiene consecuencias adversas para los pacientes, ya que se les deja de administrar un medicamento que podría ser necesario en el futuro.
En cambio, se les suministran otro tipo de fármacos de segunda línea que en muchas ocasiones pueden provocar más resistencias en el cuerpo o son más caros para el sistema público de salud.
El doctor ha apuntado que muchas de las reacciones adversas durante un tratamiento pueden ser un efecto secundario de la propia enfermedad, y ha subrayado que solamente el 10 % de las que llegan a las unidades de alergología son de tipo alérgico.
La penicilina y los antiinflamatorios comunes, ha precisado, son los fármacos que más frecuentemente son objeto de un etiquetado erróneo.
Por lo tanto, un diagnóstico correcto es imprescindible para asegurar que no se prohibirá al paciente un medicamento importante para su salud.
El doctor Lleonart ha recomendado a las personas que sufran una reacción adversa durante un tratamiento que acudan a su médico de cabecera para que éste evalúe si hay indicios o no de alergia, y para que en caso afirmativo les derive al especialista.
El estudio de las reacciones adversas a fármacos es complejo y debe individualizarse tanto para el paciente como para el medicamento, ya que no existe ninguna batería de pruebas que permita saber de entrada si un paciente tiene alergia a uno o varios medicamentos.
El alergólogo realiza en primer lugar una anamnesis (historia clínica de los antecedentes) dirigida que puede dar mucha información sobre la probabilidad de que un paciente tenga una alergia a un medicamento.
Las pruebas cutáneas o de laboratorio también ayudan en el diagnóstico, pero la prueba de exposición controlada con el medicamento -que se debe hacer en un centro hospitalario- es la única que permite el diagnóstico definitivo.
Las reacciones adversas a los medicamentos y las dificultades para identificarlas, evaluarlas y tratarlas han centrado la jornada “I Mañana Alergia Bellvitge. Reacciones alérgicas a fármacos”, que se celebrado en el centro hospitalario barcelonés.
En este marco, se ha presentado el díptico “Estudio de reacción alérgica a fármacos”, elaborado por el comité de alergia a fármacos de la Sociedad Catalana de alergia (SCAIC) de acuerdo con la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC).
En estos dípticos informativos se detallan los criterios de derivación al alergólogo y la información relevante para poder elaborar un estudio diagnóstico.